La semana pasada ya entraron en funciones los nuevos alcaldes y diputados locales en Tamaulipas, el día llegó y ahora toca cumplir las promesas que hicieron en campaña. El escenario ideal es que trabajaran en conjunto, entre niveles de gobierno y dejando a un lado sus partidos, pero esto, bien sabemos, es casi imposible, pues todos buscan sus beneficios.
En el caso de los diputados locales ya tuvieron su primer desencuentro entre ellos y con el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.
Durante la instalación de la 65 legislatura del Congreso de Tamaulipas, como lo marca el protocolo se designó una comisión para recibir al gobernador, así que la mesa directiva nombró uno por uno a los encargados de la recepción, entre los que había panistas en su mayoría, así como un priista, uno de Morena y uno de Movimiento Ciudadano.
El protocolo dicta que, como mero trámite de cortesía, hay que recibir al gobernador y trasladarlo hasta la sala de sesiones, pero tres de los nombrados no se movieron del recinto. Edgar Melhem, Enrique Cárdenas y Humberto Prieto se quedaron en sus curules.
El primero en mención es el líder de los priistas en Tamaulipas y llegó por la vía plurinominal, por esta misma forma llegó el segundo citado y quien por cierto fue contrincante del actual gobernador, pues también buscó para la gubernatura.
El tercero representa al distrito 7 de Reynosa bajo las siglas de Morena, pero antes fue panista, partido con el que ahora está peleado y al parecer olvidó lo que ahí logró, como una diputación federal.
Y así ocurrió el primer desencuentro. El segundo fue, cuando al despedir al gobernador, los de Morena corearon una y otra vez “Es un honor estar con Obrador”, al tiempo que los panistas gritaban “gobernador, gobernador” y sacaron unas pancartas que ya llevaban listas.
Con esto queda claro que la 65 legislatura estará marcada por desencuentros entre PAN y Morena y los que la llevaremos seremos los tamaulipecos. Pues difícilmente se podrán poner de acuerdo en alguna iniciativa.
