Recuerdo que en una reunión familiar (identificados con ideología conservadora), cuando se llegó el tiempo de conversar sobre el crecimiento exponencial de Xóchitl en el proceso interno, veía emoción y sonrisas esperanzadoras.
Escuché atento y respetuosamente los comentarios. En realidad estaban convencidos de que Xóchitl era el fenómeno, el personaje capaz de arrebatarle al López Obradorismo la Presidencia de la República.
Dentro de mi pensé: la estrategia de llevar al imaginario colectivo la idea que la candidatura emergente de la senadora es altamente competitiva, ha funcionado.
En menos de dos meses, el fenómeno fue alcanzado por la realidad. La publicación de El Universal mostró un dato contundente, "Sheinbaum arrasa en preferencia electoral; saca 30 puntos a Xóchitl".
¿Qué le sucedió al fenómeno? Pues nada que no se supiera, a continuación, punteamos los siguientes hallazgos:
• Xóchitl no cuenta con una carrera política nacional, por tanto, es poco conocida por la ciudadanía. Su carrera política se limita a la Ciudad de México, donde realmente es o era competitiva.
• El impulso de su candidatura desde los viejos partidos políticos con todos sus negativos y de actores políticos, económicos, empresariales y “académicos” de siempre (literal), no le permite construir un discurso ciudadano.
• La ausencia de un proyecto de nación claro y definido no podía ser sustituido todo el tiempo por el supuesto carisma de la candidata.
• Su pasado discurso antipriista y antiperredista no le permite sentirse cómoda, al contrario, se le observa sola en sus recorridos por los estados.
• No ha tenido un equipo que le ayude a responder entiempo y forma los cuestionamientos que se han realizado respecto de temas personales.
Ante este escenario, es evidente que la candidata del frente opositor se ha desinflado, se encuentra muy lejos de encontrarse en el rango de competitividad electoral.
Si bien es cierto que aún falta tiempo, dado que esto apenas inicia, el siguiente problema que va a enfrentar la candidata del frente es, por una parte, salir bien librada del reparto de candidaturas entre el PAN, PRI y PRD. Por otra parte, seguramente se convertirá en el principal objetivo del tercer jugador.
He de recordar que Movimiento Ciudadano es el único partido que en realidad ha respetado los tiempos electorales. Aún no designa candidato o candidata, y desde mi particular punto de vista, el partido naranja tendrá como principal objetivo convertirse en la segunda fuerza electoral de México.
Tiempos difíciles se visualizan para el frente opositor, pero son los costos políticos de jugar electoralmente con liderazgos inventados.