En el mar de especulaciones, comentarios, noticias falsas o no, chismes de lavadero y orgullos estúpidos que envuelve la salida de Ambriz en el América, se esconde el que se da en estos momentos en Monterrey con el fracaso de los regios.
Allá, escondido y agazapado entre tanta tinta dedicada al América, hay un equipo que ha gastado igual o quizá más que las Águilas para conformar un plantel de lujo, un equipo diseñado para llegar al título… el Monterrey.
Y sin embargo, este equipo está ofreciendo un torneo de pena ajena, y curiosamente también está pasando por problemas de escritorio, ya que de pronto se despidió sorpresivamente del equipo a Luis Miguel Salvador, su director deportivo, dejándonos clavados con una serie de dudas acerca del real motivo de esa decisión.
Creo que en ambos casos, en América y Monterrey, existe una misma temática… exceso de protagonismo: en el América con Ricardo Peláez y en el Monterrey, con Antonio Mohamed.
Y la verdad no estoy comentando nada nuevo, ambos personajes son de los que se creen hechos a mano y tienen la piel muy delicada… ambos disfrutan de las crónicas que les dan crédito cuando las cosas les van bien y saben venderse, pero ambos se encrespan y pierden piso cuando sucede lo contrario… son amables cuando el viento les favorece e intratables cuando sucede lo contrario… ambos son como Blanca Nieves y su espejito.
Creo que finalmente el tiempo pone a cada quien en su lugar y estos personajes no serán la excepción.
Acepto que ambos han tenido páginas muy buenas en nuestro futbol, como futbolistas ambos, y como técnico Mohamed, y como directivo Peláez, pero eso no puede ni debe borrar sus fracasos, mismos que son inherentes a todos los que están inmersos en una actividad tan difícil como el futbol profesional.
Así que aunque les duela a estos personajes… hoy se les acabaron los elogios y tienen que aprender a tragar camote.
Hasta hoy, en este torneo, Peláez y Mohamed están fracasando rotundamente.
PD. “Haiga sido como haiga sido”.
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