¿Murió o fue simulacro? Un teatro en el que participaron todas las clases sociales el 28 de agosto de 2016, día en que terminó una época. Su ausencia es el inició de su inmortalidad. La gente se arremolinó en el Palacio de Bellas Artes para llevarle flores, cartas, bendiciones…Juan Gabriel eterno, sí; pero de Alberto Aguilera nadie se acordará, salvo los herederos…
Cuando los poetas se devanan el seso por escribir en prosa, él ya era nuestro compositor en prosa; ¿o no, Eduardo Milán? De la “literatura afeminada” de Contemporáneos pasamos a la “canción afeminada”, ¿verdad Hernán Bravo Varela? No importan sexos en el arte: hombre y mujer se rinden al ritmo de sus canciones.
La sinceridad, su mejor creación, y la empatía con un pueblo que sigue esperándolo en la ciudad de siempre. Es un sistema solar que abanderó carreras de intérpretes con rotundos éxitos y renacimientos artísticos. O como escribe Guillermo Arreola: “y en tu voz, para siempre jamás, hay un hombre que llora, aunque no sabía de tristezas ni de lágrimas ni nada, hasta que se conoció”.
Angélica María, Rocío Dúrcal, Lucha Villa y tantas otras ya estaban musicalmente muertas hasta que las revive Juan Gabriel con éxitos del momento. María Félix ya era un pedestal vivo y el Divo de Juárez la hizo sentir con “cintura chiquita” cuando le compuso “María de todas las Marías”. El movimiento LGBT+ lo reconoce de su especie pero él siempre desdeñó a su grey y se coloca en la ambigüedad con esa frase que dice cuando ya es un consagrado: “Lo que se ve no se pregunta”. A un país prisionero de prejuicios el artista los obliga a salir del clóset, ¡lo dices bien José Homero!
Entonces, ¿qué hacemos con el féretro del ídolo de al menos cinco generaciones? ¿Escribimos poemas como Juan Carlos Bautista (“Ahí va tu evangelio:/en las cantinas, en los tristes hotelitos/ y en el radio de las niñas que sueñan”)? ¿Por qué no nos vamos contigo, allá al infinito, a la dispersión de las estrellas? O como cuestiona Antonio Bertrán, “¿Juan Gabriel como activista sin necesidad de haber ido a una marcha o hacer declaraciones cual líder de opinión a favor de la diversidad sexual?”
¿Hacemos beato a Juan Gabriel? Digno de recordarse, obvio sí.
Braulio Peralta