En México en los años 70´s y en los 80´s como en otros países latinoamericanos había gobiernos represores que no tenían escrúpulo alguno para ejercer la fuerza del Estado contra quien se atreviera a plantear abiertamente una disputa contra el régimen.
Había una alianza entre el Gobierno, el sector empresarial y el clero (jerarquía católica), que formaba un frente político conservador de control absoluto; cada uno de estos sentía la amenaza en particular frente a su enemigo en común: los movimientos insurgentes.
De ahí se satanizaba y descalificaban las ideas de socialismo y comunismo que abanderaban esos movimientos inspirados en el triunfo de la revolución cubana.
La historia oficial ha sido contada desde el sector conservador que se impuso durante décadas, denigrando al movimiento que fue representado por diversos colectivos y liderazgos a lo largo y ancho del país, el Estado libremente desaparecía y mataba, los medios de comunicación distorsionaban, los llamaba delincuentes, cuando realmente eran jóvenes que predicaban el despertar de la conciencia por un país y un mundo mejor.
La etapa de la guerrilla y la guerra sucia en México deben ser conocidas y ponderadas desde este enfoque del origen del movimiento que hoy es gobierno, deben de darse a conocer nombres y circunstancias, debe el Estado pedir más disculpas, debe de darse a conocer el nivel de mística y de conciencia que tenías los jóvenes activistas y guerrilleros, se debe de dar a conocer que es determinada época del país no se podía aspirar al poder político más que por la vía armada por determinación del propio Estado, no por la oposición; para aspirar a un País con democracia, con libertades, sin corrupción, no había posibilidad de lograrlo ni electoral ni pacíficamente.
Por eso, los jóvenes que se enfrentaron al régimen, sabían que ponían en riesgo su vida y la de su familia, sabían que no podrían tener una vida normal, no aspiraban a tener cargos en la política, mucho menos a salarios de la política, su lucha era por la liberación del País, derivado de esta lucha, hay madres que nunca más volvieron a saber de sus hijos, muchos huérfanos, hermanos desconsolados, familias enteras que el Estado marcó sus vidas con la tragedia de perder un ser querido en esta lucha.
Así que siempre serán siempre jóvenes valientes, héroes anónimos que deben ser ya conocidos y reivindicados porque dieron origen a este movimiento de transformación de México, bajos los ideales con los que hoy se empieza a gobernar.