Desactivada —por ahora— la amenaza del gobierno de Donald Trump de aplicar aranceles escalonados a todas las importaciones mexicanas, nuevamente el foco de atención de las empresas estadunidenses está en la guerra comercial con China.
Y en el complejo ajedrez de globalización de los negocios, ésta ‘otra’ batalla comercial con aranceles de por medio puede ser una bocanada de aire fresco para México.
Según la publicación japonesa Nikkei Asian Review (de la que forma parte también Financial Times) ni más ni menos que Apple está analizando mover entre 15 y 30 por ciento de su producción de China a otros mercados.
La principal razón es la puesta en vigor a partir de mañana 25 de junio, de los aranceles de 25 por ciento a los productos made in China.
La firma con sede en Cupertino le habría solicitado a sus principales proveedores, sus aliados en su red de suministro, a realizar estudios de costos de trasladar sus plantas a países del sudeste asiático (India, Vietnam, Indonesia y Malasia), así como a nuestro país.
Las mayores proveedoras —que ya estarían ‘empujando el lápiz’— son Foxconn, Pegatron, Wistron, Quanta Computer, Compal Electronics, Catcher Technology, Inventec, Luxshare-ICT, Flextronic y Goertek.
Dos de ellas tienen grandes operaciones ya trabajando en México. Curiosamente ambas marcas eran las más afectadas por ese 5% de aranceles que había anunciado Trump.
A principios de junio el Departamento de Trabajo de Estados Unidos confirmó que ya Foxconn había trasladado 150 empleos de su planta de Indianápolis a las tres que tiene en la zona de Ciudad Juárez, en México. Foxconn opera en Chihuahua desde hace 15 años y según datos publicados por la firma taiwanesa, solo en 2011 esta unidad exportó a EU 8 mil 600 mdd, ni más ni menos que 2% del total de las exportaciones industriales del país después de GM.
Otro de los proveedores de Apple presentes en nuestro país es Flextronic, que ensambla las Mac, y que cuenta con más 25 mil empleos en sus dos plantas de Jalisco: Zapopan y Tlajomulco.
Según revelaron diversas fuentes a Nikkei, Apple quiere dejar de depender de una manera intensiva (como ahora) de insumos chinos, y con eso bajar los riesgo que puede generar una guerra comercial entre Washington y
Pekín, sin final claro en el horizonte.
Mucho de la meteórica expansión de los últimos años de la empresa creada por Steve Jobs se lo debe a China, quien se convirtió en su mejor aliado para producir componentes de alta calidad, bajo precio y rápida entrega. Según un estudio publicado por la propia Apple, unos 5 millones de empleos chinos dependen de la presencia de Apple en ese país. La propia Apple emplea a 10 mil personas en China.
Se calcula que lograr esta diversificación ‘off China’ le puede demandar entre dos y tres años a la firma que lidera Tim Cook.
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@ba_anderson