Me encontraba el martes 8 de marzo viendo videos en varias redes sociales, relacionados al Día Internacional de la Mujer. Me encontré llorando, viendo el video de “arroz con leche”*, y muchos otros. Para cuando me di cuenta, las lágrimas corrían por mi rostro, y tenía una emoción en el pecho y en el corazón que no terminaba de entender qué estaba pasando.
Hice un poco de introspección, me di cinco minutos y entendí qué es lo que pasaba. Me siento bien orgullosa de pertenecer a esta sociedad, a esta generación, en este tiempo. Me siento bien orgullosa de vivir lo que estamos viviendo hoy, lo que estoy presenciando. Me siento bien orgullosa de que podamos hablar, expresarnos y marchar.
Lloro por mi abuela, que no pudo decir lo que pensaba. Por mi mamá, que no pudo hacer lo que quería…o lo que no quería. Por Balbinita, que no querían que jugara fútbol porque era de hombres. Que no podía ser ella misma, sin ser juzgada.
Veo esas niñas cantando arroz con leche, “valiente sí, sumisa no”. Quiero ver como crecen esas niñas. Quiero ver a esas niñas de adolescentes, que ya no aceptan cualquier hombre. Que no se visten para gustar a otros, sino a ellas mismas. Quiero ver a esas niñas ser adultas y que ya no tengan que marchar por sus derechos, que los tengan. Que ya no tengan que luchar por tener los mismos salarios, que los tengan. Que no tengan que demandar trato igualitario, que ya lo tengan. Que ya no tengan la necesidad de pedir que no las violen, de pedir respeto.
Podrán decir que es un sueño, pero creo firmemente que esta sociedad va a evolucionar cada día más rápido. Cada día seremos más. Y no solo mujeres. Cada día hay más hombres que entienden y se suman a nuestra lucha, porque sino, ellos también se pueden quedar atrás. Porque si no, escúchalo, te vas a quedar atrás. Se van a convertir en algo que podremos querer, pero ya no necesitar, que podemos desear, pero no sentir la obligación de estar con uno.
Veo un futuro donde las mujeres puedan hacer y ser y decir y decidir, sobre su propio cuerpo, sobre su propia vida, sobre su propia felicidad. Que lo que me ponga, que como me vista, no afecte mi seguridad. Que lo que diga, no afecte mis derechos, ni mis oportunidades. Que lo que defienda, no trunque mi crecimiento.
A ti, mujer, adolescente, niña, no tengas miedo. Y si tienes miedo, se vale, adelante, ahora a hacer con todo y miedo. Porque este mundo no es fácil, pero juntas somos más fuertes. Juntas somos más grandes. Juntas somos mucho más. Y juntas lo vamos a lograr.
*Arroz con leche (autora desconocida)
Arroz con leche
yo quiero encontrar
a una compañera
que quiera soñar.
Que crea en si misma
y salga a luchar
en busca de sus sueños
y más libertad.
Valiente sí.
Sumisa no.
Feliz, alegre y fuerte
Te quiero yo.
Balbina Treviño
