(Segunda y última parte)
Tengo muchos motivos para escribir estas líneas, pues la ayuda del ingeniero Carlos Slim durante mi gobierno en Guerrero fue fundamental para detonar grandes proyectos como el rescate del Acapulco Tradicional, Macrotúnel, Casa de los Vientos (donde vivió algún tiempo Diego Rivera), aulas digitales y wifi en algunas zonas de Acapulco.
A la personalidad de Carlos Slim Helu la describe un episodio en la década de los 80: con la crisis económica al final del sexenio de José López Portillo, empresarios optaron por emigrar del país para proteger sus capitales. Pero Slim decidió quedarse y explorar la parte de oportunidad que conlleva toda crisis.
En torno a su éxito empresarial se han dicho muchas cosas, ya que él adquirió a muchas compañías en quiebra y las volvió productivas (se dice fácil)… Una de ellas fue Teléfonos de México.
Slim rescató a la paraestatal, lo que lo llevaría más tarde a innovar en telefonía móvil con las tarjetas de prepago, modelo de negocios adoptado en todo el mundo.
El resto de la historia todos la conocemos, luego de que el empresario alcanzara las portadas en revistas que lo anunciaron como el hombre más rico del mundo.
Yo he convivido con él de muchas maneras, pero sobre todo con el extraordinario ser humano.
En una ocasión llevamos a Acapulco al famoso cantante Paul Anka, para hacer promoción turística; me di cuenta que Carlos invitó a sus compañeros de generación (egresó como ingeniero civil por la UNAM) a disfrutar del hermoso concierto.
Recuerdo también que, con motivo del Festival Acapulco, cada año llevamos a luminarias del cine internacional. En una edición llevamos a Sofía Loren y Alain Delon, a quienes ofrecimos una cena; derivado de ese encuentro, Carlos y Sofía hicieron una gran amistad que permanece vigente.
Cuando fui senador, impulsé la creación de una fundación para el combate del cáncer cervicouterino y mamario, que sigue siendo tan elevado entre las mujeres guerrerenses.
Recuerdo que adaptamos la caja de un tráiler para brindar el servicio, y acudí con mi amigo Héctor Slim Seade, director general de Telmex, a quien le platiqué de mi proyecto, y quien días posteriores me comunicó que la Fundación Carlos Slim me aportaría en comodato uno de los aparatos más importantes para dicho propósito.
Corazón de Ángel ha cumplido más de 12 años, ampliando sus servicios a las familias de menores recursos.
Hace poco me platicaron que Carlos se fue por algún tiempo a su casa de Ixtapa Zihuatanejo, con motivo de la pandemia acudió a aplicarse la vacuna contra el covid. A muchos lugareños les sorprendió la sencillez y la disposición de servir del ingeniero Slim.
Ojalá muchos de los hombres ricos de este país emularan un poco la sencillez y la vocación de servir de este hombre que se forjó desde abajo.
Del anecdotario
Hace unos días visité el sureste, donde tuve la oportunidad de reunirme con el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila. Debo de decir que me causó grata impresión por el trabajo que viene desarrollando en la hermosa península.
Pregunté a taxistas, meseros y empresarios sobre el desempeño del joven gobernador, y todos coincidieron sobre su buen trabajo, particularmente en materia de seguridad y fomento a las inversiones. Lamentablemente poco se conoce en el ámbito nacional el trabajo que viene desarrollando.
La vida es así.
PD: Finalmente salió a la luz mi libro La otra verdad. Gracias a Editorial Sustantivo por permitirme expresar mis opiniones en él, en torno a la lamentable desaparición de los 43 normalistas en la ciudad de Iguala, y plasmar episodios importantes en mi vida.
Ángel Aguirre Rivero*
* Ex Gobernador de Guerrero