Estoy enamorado de Salvando mi renovación: desafío interiorista, el ingenioso, divertido y sorprendente programa que Discovery Home & Health está transmitiendo todos los miércoles, como hoy, a las 22:45.
¿Por qué? No sé si lo que le voy a decir le guste, pero tengo que ser sincero: estoy un tanto saturado no de las series, no de las telenovelas sino de esta ansiedad enferma con la que las plataformas nos están obligando a consumirlas.
Ya no parecemos televidentes, parecemos drogadictos y hay un punto en que el placer desaparece y, lo peor de todo, cuando uno apaga el dispositivo, termina peor de vacío que como cuando comenzó.
Salvando mi renovación es regresar al placer de ver televisión, mirar algo bonito, fresco, positivo, divertidísimo, pero que al mismo tiempo útil.
Es un reality show donde tres personas, como usted o como yo, fracasaron al tratar de remodelar sus casas y ahora, con la ayuda de los expertos, a distancia (por el tema pandémico), corrigen sus errores y terminan haciendo algo mil veces mejor a lo que soñaron.
No sabe qué experiencia tan más relajante, pero, sobre todo, inspiradora. No hay manera de ver eso y de no ponerse de buenas. No hay manera de ver eso y de no aprender.
Yo, por ejemplo, estoy descubriendo unos productos buenísimos que ni siquiera sabía que existían y, lo más maravilloso de todo, me lleno de paz.
Son tres historias de perfiles muy diferentes por episodio, perfectamente bien entrelazadas y producidas. Es un programón.
Felicidades a Luz María Zetina, la conductora, y a Olga Hanono y Benjamín Ruar, los asesores. ¡Qué buen trabajo! No se lo pierda. Se lo recomiendo.
Lo nuevo
¿Se acuerda cuando le dije que se veía medio raro tener a cuatro conductores parados haciendo un noticiario vespertino (TD6) en Multimedios Televisión de Ciudad de México, a las 18:00, justo antes del gran espacio noticioso de la noche?
Pues el tiempo me dio la razón y a partir del lunes pasado las cosas cambiaron en el Canal 6 de la capital del país.
Ese servicio informativo ahora dura menos, sólo lo conducen Verónica Sánchez y Callo de Hacha (que hacen una mancuerna espléndida) y su dinámica escenográfica es mil veces más afortunada.
Por si esto no fuera suficiente, a las 18:30 se acaba de estrenar C4 en alerta, un noticiario de nota roja (crime new magazine) que es poco menos que un delirio de lo popular.
Su conductor se llama Carlos Jiménez y es el hallazgo del año porque rompe por completo en lo físico y lo tonal con todo lo que existe en el mercado.
Carlos es un hombre moreno, tatuado y fortachón, habla como si estuviera narrando una película de terror y el resultado es muy entretenido.
Obvio, el primer día sus compañeros en cabina y él como que apenas se estaban coordinando y el señor se equivocó varias veces al leer las notas.
Pero tengo la impresión de que Carlos, si se cuida, hará una carrera exitosísima en esta complicada especialidad del periodismo que, además, no se empata con el Telediario de la Noche que tan atinadamente conducen Carlos Zúñiga Pérez y Paola Barquet.
¡Qué lástima que se llama C4 en alerta y no C6! Entiendo las razones del nombre, pero como tampoco es Cam Alert, pudo haber estado mejor. ¿O usted qué opina?
