Me da mucho miedo lo que está pasando con el espectáculo en nuestro país y creo que el ejemplo más claro son las coberturas (o no coberturas) de la salida de Carla Estrada de Televisa.
Dividamos esto en tres: la prensa, Carla Estrada y el derecho a la información.
Vamos a decirnos la verdad, tenemos una prensa de espectáculos que, salvo honrosas excepciones, se quedó atrapada en los años 90 que, como usted ha visto en infinidad de documentales, fue la etapa más siniestra de la comunicación en nuestro país.
¿Qué dijeron esos periodistas cuando vieron “Ellas son yo”? La hicieron mierda. Yo no sé de dónde les salió lo finos pero no pararon de encontrarle defectos y, lo peor de todo, de engañar al pueblo de México etiquetándola como un fracaso.
Carla Estrada. ¿Quién es Carla Estrada? La productora de contenidos más exitosa de toda la historia de México. Así de simple. Así de complejo.
Ella, como nadie, sabe lo que hace y, lo más admirable, jamás se quedó atascada ni en 1988, ni en 1996 ni en 2001. Su evolución ha sido permanente, maravillosa, espectacular.
¿Qué hizo la prensa de espectáculos cuando se enteró de que Carla Estrada terminaba su contrato de Televisa? Se rasgó las vestiduras en un escándalo monumental como si en verdad hubiera reconocido sus aportaciones.
¡Tantita vergüenza, por favor! ¡Ya basta de colgarse de las fuentes para destacar! ¡México no merece semejante promoción de la doble moral!
¿Ahora entiende por qué le digo que me da miedo? La información es un derecho humano y nuestra fuente de espectáculos está cada vez más abandonada, peor cubierta. ¿O usted qué opina?
¡GRACIAS, NETFLIX!
Siempre que llega Navidad, Netflix nos sorprende con una gran película internacional que nos deja con la boca abierta. En esta ocasión, el fenómeno se adelantó un poco, se llama “Dejar el mundo atrás” (“Leave the World Behind”) y es poco menos que una maravilla.
¿Por qué? Porque abre la conversación, porque hace que uno participe, porque es exactamente el tipo de contenido que la humanidad entera necesita en este momento.
Por si esto no fuera suficiente, es muy oportuna en términos ideológicos, la experiencia ideal para ver y discutir después de la pandemia.
Para que entienda la magnitud de esta joya, ¿sabe usted quiénes son los productores? Barack y Michelle Obama, así, “humildemente”. Y el director es el genio de Sam Esmail.
No sé si usted lo ubique pero él fue el responsable de una de las más grandes obras maestras de las series cuando todavía eran series: “Mr. Robot”.
Y como ya había trabajado con Julia Roberts en varias ocasiones (“Homecoming”, “Gaslit”), ¡zaz!, armó el reparto perfecto con ella y muchas otras grandísimas estrellas para este filme imperdible.
En el muy remoto caso de que no lo haya visto, ¿de qué trata? No le voy a vender trama para no arruinarle la experiencia pero es un poco o un mucho como “El colapso” de AMC que luego se hizo en México con VIX.
La diferencia está en que aquí se potencian asuntos asombrosos, se involucra a varias generaciones y a partir de la serie “Friends” se dicen otras cosas igual de interesantes.
Por nada del mundo se vaya a perder esta experiencia. Luche por ver “Dejar el mundo atrás” en Netflix. Le va a gustar. De veras que sí.