Antes que nada, un descargo de responsabilidad: entre 2013 y 2014 trabajé en Yahoo México como jefe de la oficina editorial. Llegué a ese puesto atraído por lo que entonces sonaba como una gran oportunidad de seguir mi carrera profesional en una firma que, tras muchos años empantanada en el no crecimiento, volvía a ser un gran lugar para trabajar.
Uno de los (pocos) méritos de Marissa Mayer, la entonces flamante directora general de la empresa, fue darle esa nueva ilusión a una compañía que en su momento fue la precursora de todo lo que ahora es bueno y grandioso de internet.
Las búsquedas bien clasificadas (Yahoo nació como la guía de Jerry y David, sus cofundadores, para organizar la web), el correo electrónico gratuito (que todavía da sentido a la vida diaria de cientos de millones de personas), las noticias (en México y en muchísimos mercados más, Yahoo es la principal fuente de información), etcétera.
Con ello, Mayer quiso impulsar una nueva firma que aprovechara sus dimensiones digitales en cuanto a tráfico y audiencias para crear una nueva dinámica con sitios verticales a los que llamó magazines.
Y de verdad, con ello mucha gente se convenció de una vuelta de Yahoo por sus fueros. Sin embargo, los anunciantes no mordieron el anzuelo. Más bien, imagino, no se dejaron convencer de que lo que proponía Mayer era propicio para mantener la atención de los millones de usuarios únicos que simplemente quieren entrar a consultar algo y se van de las propiedades de la firma morada.
Así, el tráfico se mantiene, inclusive con la participación apenas incipiente de poquísimos editores humanos, pero mayormente con la alimentación en automático de los partners de Yahoo: proveedores de contenido que buscan que parte de los millones de pageviews que generan los sitios de la firma de internet les derive algo para sus propias páginas.
En fin, que tal renacimiento nunca llegó y ahora Yahoo se debate entre venderse todo a otra empresa, o vender parte de sus propiedades (como las hermosas y bien hechas Yahoo Clima, Flickr, para los amantes de la fotografía, o Tumblr, la plataforma de micro-blogging que es un éxito por derecho propio).
La situación en la empresa es tan mala que, de acuerdo con analistas financieros, su valor está más en función de dos inversiones muy afortunadas que hizo en Asia que en las propiedades tecnológicas que ha desarrollado.
Así, los más de 33 mil millones de dólares de la participación de Yahoo en el gigante del e-commerce chino Alibaba, y los casi 9 mil en Yahoo Japón (en sociedad con SoftBank), suman más que todo el valor de mercado de la empresa: 34 mil millones de dólares.
Ahora los accionistas y el Consejo Directivo de Yahoo están viendo qué venden y a quién. Primero tendrían que ver cómo sacar el mayor rédito de las acciones de Alibaba y Yahoo Japón para que no se les quiten tantos impuestos. Y luego, las propiedades que ha construido o comprado a lo largo de más de dos décadas.
Por lo pronto, de acuerdo con el Financial Times, hay tres firmas de capital privado a las que les interesan los activos estratégicos de Yahoo, o sea, su negocio principal, que incluye el motor de búsquedas (que mantiene una fuerte sociedad con Microsoft y hasta Google), Yahoo Mail y las propiedades de medios, como las magazines.
Además, la empresa tendrá que lidiar con posturas de grupos de accionistas, como el fondo de cobertura Starboard Value, que se han pasado casi todo el año apedreando el rancho de Mayer y quien pide que se haga lo posible para que la eventual venta de acciones de Alibaba y Yahoo Japón no tenga un fuerte impacto impositivo y que mejor de plano ya vendan todo.
Los analistas creen que es cuestión de días o semanas para que el consejo de Yahoo decida la venta de su negocio estratégico, el cual, en sí mismo, tendría un valor de unos 2 mil millones de dólares. Con ello, casi cualquier firma grande de Silicon Valley podría adquirir esos activos.
Lo ideal, para un ex Yahoo, sería que un Amazon o un Microsoft adquiriera esas venerables propiedades y les diera nueva vida. Después de todo, hay quienes dan su reino por el caballito de carga que representan la enorme audiencia global de Yahoo y la devoción que muchos sienten por su correo.
@alex_angeles
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