“Una vez que nos hayamos entrenado para convertirnos en observadores, solo entonces podremos disfrutar del gran juego de la deducción.
Esto puede comenzar con amplias observaciones”. Tristan Gooley.
Interpretar señales y descubrir el lenguaje del clima es algo que nuestros ancestros hacían mucho antes de la era tecnológica y de la revolución industrial.
Quizá, el problema derive del actual tsunami de aplicaciones y gadgets modernos que nos llevan a dejar de aprender y descifrar lo que de manera tan sencilla y natural tenemos a la vista.
Por ejemplo, si sabemos que la Tierra gira hacia el este, deducimos que la mayoría de los vientos soplan entonces de oeste a este, lo que a su vez significa que considerablemente los cambios de clima vendrán del oeste.
¿A qué se refiere el concepto “bolsa de sol” y cómo puede sernos de utilidad en un día especialmente frío? ¿Cuáles son las señales que debemos interpretar para saber si el tiempo a nuestro alrededor es estable o inestable?
Pistas e indicios para responder lo anterior podemos leerlos en el crecimiento de una nube, por ejemplo, si es vertical (más alta que ancha) y sin límite, estamos ante una atmósfera inestable debido a la reacción de las capas de aire caliente y frío.
Árboles, plantas, hongos, animales e insectos proporcionan una vasta información que puede ayudarnos a traducir los posibles comportamientos del clima.
Lo anterior y mucho más podemos encontrarlo en el libro:
“El mundo secreto del clima” de la editorial española “Ático de los libros”, autoría del escritor británico sobre navegación natural, Tristan Gooley, miembro del Instituto Real de Navegación y de la Sociedad Geográfica Real, y quien desde 2023 es la única persona viva que ha navegado y volado solo a través del Atlántico.
A través de un lenguaje sencillo y entretenido, Gooley nos invita a calzarnos el papel de un “Sherlock Holmes de la naturaleza” y literalmente, seguir las “pistas” que el entorno físico va generando, para de esta manera, con tan sólo percibir las señales a través de nuestros sentidos estar en posibilidades de interpretar y concluir un determinado comportamiento meteorológico.
Una lectura por demás recomendable ante los cambios tan drásticos del clima actual.
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.