Política

Corridos de a de veras

En una era donde a la violencia se le canta más que a la historia, hace falta afinar el oído nacional. No es que México no tenga ídolos dignos de canciones: los tiene, y a montones. Y de ellos también se pueden hacer corridos. De los buenos, mucho mejores. Lo que ocurre es que, en vez de convertir sus gestas en versos, preferimos corear hazañas del narco.

Nos sobran campeones: Hugo Sánchez, que volaba y remataba como si la gravedad estuviera del lado de la acrobacia. Rafael Márquez, hizo del futbol defensivo una poesía. Julio César Chávez, el boxeador que subía al ring con el peso del barrio en la espalda. Cada golpe suyo era una estrofa. O el hidalguense El Santo, el héroe de plata de un México que sí cree que el bien vence al mal.

La historia mexicana tiene alma popular, y esa, como los corridos, se mide en aplausos. Pedro Infante, maestro del sentir. María Félix, la Doña, encarnó a la mujer que no pedía permiso ni perdón. Soberana de sí misma. Chespirito no era actor: era el pueblo. Vicente Fernández, la voz que sabía llorar sin quebrarse. Y Cantinflas, sabio del enredo, filósofo del absurdo.

También está Frida Kahlo, la mujer que pintó lo que dolía y lo que ardía. Fue espejo, fuego, raíz. Y a su lado, Diego Rivera, que pintó en los muros la lucha y la identidad de México.

Octavio Paz, con su pluma no describía: desenmascaraba. Carlos Fuentes, narrador del poder y sus trampas. Guillermo González Camarena inventó la televisión a color cuando el mundo aún veía en blanco y negro. Mario Molina salvó la atmósfera, y Luis Ernesto Miramontes cambió la historia con la píldora anticonceptiva.

Benito Juárez, sostuvo la república con una mano. José María Morelos, cura de lanza y causa. Y Lázaro Cárdenas, que nacionalizó no solo el petróleo, sino también la esperanza. Ellos, como muchos otros, merecen que los cantemos.

A los compositores, a los letristas, a esos autores musicales que tienen la pluma lista y el oído atento va este llamado. No hace falta inspirarse en el narco para escribir canciones exitosas. Hay tanto por contar que no huele a pólvora: hazañas, amores, creadores, mujeres que rompieron el molde, pueblos que resisten con arte. México no necesita inventar héroes, solo necesita volver a cantarles.


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Alan Austria Anaya
  • Alan Austria Anaya
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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