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Los cuidados

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  • Adriana Malvido

En 1998 conocí la Universidad de Upsala en Suecia, la casa de estudios más antigua de Escandinavia. Pero lo que más me llamó la atención fue la visita a una escuela donde alumnos, desde preescolar, atendían la materia “Casa”, que era más bien un taller. Los pequeños, niñas y niños por igual, aprendían a cocinar, a encender la lavadora de ropa, a poner la mesa, a lavar los platos, a planchar… Aquí, pensé, comienza la equidad de género.

Durante el vuelo de regreso, la aeromoza me pidió echarle un ojo a Martin, mi vecino de asiento, un niño sueco de unos 10 años que viajaba solo hacia Nueva York, donde hacíamos escala, y que no paró de platicar durante todo el trayecto. Me contó algo que me impactó. Acababa de nacer su hermanito y su padre había optado por quedarse con el bebé mientras su madre trabajaba. Era su turno, porque cuando él vino al mundo su mamá tomó la mayor parte de la licencia paterno-maternal que el Estado les otorga a los padres cuando nace el primer hijo: 480 días, es decir, 16 meses que pueden repartirse según lo decidan entre los dos.

En 1974, Suecia se convirtió en el primer país nórdico en reemplazar la licencia de maternidad por la licencia paterno-maternal. Fue decisión de los partidos políticos que la votaron. El Estado enviaba la señal de que hombres y mujeres deberían tener el mismo estatus como padres y que la responsabilidad principal no debería ser determinada por el sexo.

Desde entonces, durante los primeros 390 días de vida del bebe, el progenitor que deja de trabajar recibe 80 por ciento de su salario por parte del Estado y puede tomar hasta 90 días más de licencia aunque disminuya un poco la tasa de pago.

El tema tiene enorme trascendencia, no solo porque el bebé tendrá mucho mayor relación con su padre, sino en el aspecto laboral, ya que la decisión de contratar a un hombre o a una mujer no estará determinada, como es frecuente, por el temor al posible futuro embarazo de una joven. Más aún, el cuidado de los padres, los hijos, los ancianos… ya no recae principalmente en la mujer, como suele suceder en nuestros países. Ni los hombres tienen las cargas de trabajo que llevarían a cabo como principales proveedores.

Es cuestión, como me decía un día Marta Lamas, de una reorganización social, porque la división del trabajo que tuvo su razón de ser hace muchos años, ya no corresponde a la realidad del siglo 21 y se requiere una repartición más justa y equitativa, para hombres y mujeres, de las labores y los cuidados.

En México la licencia paternal es de cinco días laborales y en la CdMx de 15 días naturales. ¿Está el tema de los cuidados presente en la agenda del Estado?

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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