Política

Por qué se inunda Guadalajara

Como muchas otras ciudades de la antigüedad, Guadalajara fue fundada en los márgenes de un río que garantizaría el abastecimiento de agua y brindaría la oportunidad de aprovechar el limo para el desarrollo de la agricultura. La garantía la otorgaban el río San Juan de Dios y sus afluentes, con aguas procedentes de los manantiales de Mexicaltzingo y el Agua Azul. Guadalajara, pese a su desnivel orográfico, tenía aguas que provenían de arroyos nacidos en Zoquipan, Tesistán, en Los Colomos, El Álamo, Agua Blanca y una red importante de aguas subterráneas; la expectativa era enorme: una ciudad con excelente clima y vegetación, propicia para la agricultura, el comercio, el turismo y, sobre todo, con la garantía de la existencia del agua.

Sin embargo con el paso de los años esa perspectiva se fue difuminando; la impericia gubernativa, la falta de visión, el desaprovechamiento de los trabajos de investigación que realizó Fray Pedro Antonio Buzeta, (lego Franciscano que en el siglo XVIII realizó un brillante para el aprovechamiento del agua subterránea en el puerto de Veracruz) la indiferencia para la construcción de galerías filtrantes para la captación y conducción del agua derivado de los desniveles orográficos de la ciudad acabaron con los sueños. Vino la paradoja: los ríos de aguas blancas se transformaron en ríos de aguas negras, y los grandes y abundantes manantiales de los ríos subterráneos que venían del noroeste de Zapopan, de Tesistán, de Agua Blanca y Toluquilla, cedieron su sitio al pavimento frío y desolador.

Guadalajara se inunda gracias a la ingratitud que hemos tenido con la naturaleza; carecemos de la conciencia cívica en el manejo adecuado de los desechos, y la basura en las calles se acumula en las alcantarillas; por su parte, los políticos prefieren las obras de superficie frente a las de infraestructura porque lucen más y las otras no se notan. Desarrolladores y gobiernos complacientes han permitido que el concreto se asiente sobre los antiguos lechos, y los manantiales se han desecado paulatinamente.

El desbordamiento del arroyo El Seco, del canal La Colorada, el vaso regulador del Chicharrón, la Presa Las Pintas, son solo algunas facturas, cuyo cobro pasa la madre naturaleza que tiene sus propias leyes y que no alcanzamos a entender. Por eso se inunda Guadalajara.

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Abel Campirano
  • Abel Campirano
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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