Por: Soledad Loaeza
Ilustración: Alma Rosa Pacheco, cortesía de Nexos
Algunos piensan que la competencia comercial que se está librando entre Estados Unidos y China es una nueva versión de la Guerra Fría. Sin embargo, el conflicto entre estas dos potencias no es ideológico. El liderazgo chino no tiene interés en exportar un modelo de organización política y tampoco quiere difundir la palabra de su líder en todo el mundo. Considera que su fórmula política no es un modelo, sino una solución única diseñada a partir del pensamiento y las tradiciones chinas. Con base en esta creencia, Xi Jinping busca reconstruir el Imperio del centro. Pero su proyecto está fincado en el pragmatismo. Sin embargo, una se pregunta si puede satisfacer las expectativas de las nuevas generaciones de jóvenes chinos que tienen más prisa que él. Para unos la incertidumbre es mayor que para otros. Para combatirla hay que mirar hacia adelante, porque el futuro ofrece más oportunidades que el pasado que tiene sólo una: la que ya vivimos o dejamos pasar.