Por: Roberto Blancarte
Ilustración: Jaque Jours, cortesía de Nexos
Hace unos cuantos meses, a finales de febrero de este año, el presidente López Obrador compartió, a través de su cuenta de Twitter, dos fotos relativas a la supervisión del Tren Maya. Una —decía— “tomada por un ingeniero, al parecer de un aluxe; otra, de Diego Prieto, de una espléndida escultura prehispánica en Ek Balam. Todo es místico”. El comentario, obviamente, causó revuelo en la opinión pública, al grado que el jefe del Ejecutivo consideró importante regresar al punto —para reiterarlo. Así que, unos días después, en su conferencia matutina, señaló: “¿Saben cuántos han visto lo del aluxe? Yo creo 10 millones, pero es eso. Es la profundidad cultural de México, las raíces culturales de México. Son los aluxes, los chaneques, los duendes”. Luego agregó: “Yo quisiera que hubiese aluxes, si no existen pues habría que inventarlos porque esos nada más hacen travesuras, lo que no quiero son los otros, los demonios, esos sí no”. El presidente de la República laica mexicana insistió: “Sí soy místico, eso sí. Ya vieron que puse lo del aluxe, ya vamos a hablar de eso porque la vida no solo es lo racional, la vida también es lo místico”.