Por:Mauricio Rodríguez Lara
Ilustración: Pablo García, cortesía de Nexos
El concepto de “responsabilidad global”, del sexenio anterior, buscaba precisamente incrementar la actividad de México en el sistema internacional, lo que de hecho significó participar en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz e involucrarse activamente en las instituciones multilaterales y en los conflictos regionales. Sin embargo, la “responsabilidad global” chocaría con la política exterior “clásica” de la 4T, más fundamentada en discursos tradicionales de no intervención y en una autopercepción de no tener la credibilidad necesaria, por causa del régimen anterior, de participar activamente en la política internacional. La 4T tendrá aquí su primer punto de tensión: tomar parte en la decisión de si una situación en el exterior, aunque sea de carácter doméstico, constituye o no una amenaza para la paz y la seguridad internacionales.