Ciudad de México /
Por Sergio Ortiz Leroux
Ilustración: Kathia Recio
Pereyra recupera a la democracia sin renunciar a los principios socialistas, ya que democracia y socialismo, según nuestro autor, son parte de un mismo proceso histórico de gran calado que supone no solamente la socialización del poder económico —que no su estatización—, sino también la socialización del poder político. Por eso la democracia es una forma de gobierno o, si se prefiere, una forma de distribución social del poder que adquiere sentido no solamente en las sociedades capitalistas, sino también en las sociedades poscapitalistas llamadas también del socialismo real.