Cada año, antes del Supertazón, aumenta la demanda del aguacate mexicano que ha llegado a convertirse en básico para ver el juego de campeonato de la Liga Nacional de Fútbol (NFL, por sus siglas en inglés).
Este 2017, el suministro corre peligro por el incremento de los precios del fruto, que se dio tras una huelga de los productores mexicanos.
México es el país que más exporta aguacates y los agricultores insisten en que el suministro ya regresó a su nivel normal. “Habrá suficiente aguacate para el Supertazón”, dice Maggie Bezart-Hall de Avocados from Mexico, un organismo de promoción.
Pero a la industria de aguacates le preocupa que el juego de este año, el 5 de febrero, pueda ser el último que se beneficie por el fácil flujo de suministros a través de la frontera sur. Donald Trump prometió renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y amenazó con imponer nuevos aranceles contra México, país que abastece más de 80% del mercado estadounidense.
El año pasado, México exportó un récord de 278 millones de aguacates en el periodo previo al Supertazón, este año, el suministro de aguacate estará a un nivel similar, dice Bezart-Hall. La dura retórica de Trump ha sido una bendición para los productores mexicanos, pues provocó que el valor del peso cayera a mínimos históricos y redujo los precios para los importadores de EU. Aún así, los agricultores dicen que les preocupa lo que está por venir.
“La gente está preocupada”, dice Enrique Bautista, hijo de un agricultor que cultiva aguacates en 100,000 hectáreas en Uruapan, Michoacán. “Trump habla de un arancel de 35% sobre las importaciones de México sin especificar si se habla exclusivamente de productos manufacturados”.
Hasta que comenzaron las negociaciones del TLCAN, las exportaciones de aguacate mexicano a EU estuvieron prohibidas por la presencia de gorgojos en las semillas del aguacate. En 1993 se levantó la prohibición y EU permitió el primer embarque de aguacates mexicanos frescos a Alaska. Desde entonces, el mercado se abrió gradualmente, hasta el punto en que, en 2007, los exportadores mexicanos lograron tener acceso pleno al mercado estadounidense durante todo el año.
La mayor disponibilidad del producto mexicano incrementó el consumo en EU, que se duplicó en la última década hasta el 2015, para alcanzar un total de más de 907 millones de kilogramos. El consumo por persona aumentó de 0.64 kg en 1990 a 3.13 kg en 2015.
Las importaciones mexicanas, que representaban solamente 11% del consumo en EU en 1990, subieron a 82%, según la Comisión de Comercio Internacional de EU (USITC, por sus siglas en inglés).
Debido a su creciente predominio en los mercados de EU, los productores mexicanos advierten que cualquier obstáculo comercial tendría un fuerte impacto sobre los suministros de Estados Unidos, lo cual convertiría al guacamole en un producto escaso -o caro-para el Supertazón en 2018.
“Ningún otro país puede suministrar esas cantidades. Si el gobierno de Trump pone obstáculos, habrá suministros que nadie más pueda cubrir, y a costos más altos”, dice Ramón Paz, asesor estratégico de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM).
Sin embargo, el efecto de cualquier medida proteccionista por parte de la administración entrante tendría un impacto mucho mayor sobre México. De los 20,000 productores de aguacate del país que exportan, 75% son pequeños productores con menos de cinco hectáreas cada uno. La industria también genera 70,000 empleos directos en México.
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Celso Castillo, gerente de ventas globales de Promega, un pequeño exportador mexicano, dice que si Trump decide imponer “algún tipo de impuesto” a las importaciones agrícolas, el incremento de precios solo pasaría a los consumidores de EU, y “no sería algo muy inteligente”. Castillo dice que si el mercado estadounidense se contrae, los productores mexicanos tendrían que encontrar mercados alternativos, como China.
La APEAM dice que los precios más altos también perjudicarían a los productores estadounidenses, con el argumento de que el creciente apetito por el guacamole en EU ayudó a impulsar la demanda del aguacate doméstico. El valor de la producción total estadounidense aumentó 71% entre 1990 y 2015, según la USITC.
Encontrar mercados alternativos no es tan descabellado como se podría pensar. Las importaciones de China cuadruplicaron su volumen entre 2014 y 2015 -aunque esto es a partir de una base muy baja- lo que convirtió al país en el decimosegundo mayor importador.
Nicolaus Vorwerk de Agora America, una compañía alemana de importación de alimentos especiales de América Latina, dice que la demanda de aguacates en Europa tiene un aumento constante gracias al creciente interés en la alimentación saludable y el incremento de la popularidad de la comida mexicana, sobre todo en países como el Reino Unido. Vorwerk envió, recientemente, contenedores justamente de esta fruta a China para que los consumidores la probaran. “Todo el mundo quedó encantado. A los consumidores chinos realmente les gustó el sabor”, dice.
Sin embargo, Europa o China no tienen un Supertazón. A pesar de la incertidumbre, Castillo espera que el guacamole se mantenga como un alimento básico para el gran partido de la NFL. “Tengo confianza en que el mercado del aguacate mexicano no será el principal objetivo de la campaña de Trump contra México”, dice. “Parece que prepara toda su artillería para el sector industrial, no el de alimentos”.