Poco más de un día duró la huelga de una parte minoritaria de transportistas españoles y todo debido al escaso apoyo que recibieron del gremio y por eso la suspendieron.
Fueron los mismos que se movilizaron en marzo y consiguieron paralizar buena parte de la cadena de distribución -sobre todo de alimentos-. La convocante fue la Plataforma para la Defensa del Transporte, la organización que a principios de año encabezó las protestas por el alza de costos y la presión de las grandes plataformas de la distribución sobre los autónomos.
Y es que tanto en su primera jornada como en la de este martes, la incidencia del paro fue escasa, con una nula afectación en la cadena de suministros, con excepción de algunos actos violentos esporádicos de quema de llantas.
De hecho, las imágenes de lo que ayer intentó ser un plantón en Madrid fueron ridiculizadas en las redes sociales ya que los manifestantes se contaron por docenas.
De la huelga se desmarcaron desde un inicio los principales sindicatos de trabajadores de España: Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras, también lo hizo el Comité Nacional del Transporte por Carretera, el órgano que reúne a las asociaciones empresariales del transporte con el Gobierno.
Manuel Hernández, conocido como Manolín, es el líder de dicha Plataforma y cara visible de las protestas de marzo. Su caso es atípico.
Se han comprobado sus nexos con el partido ultraderechista Vox, que está en sus horas más bajas en las encuestas desde que se formó.
Además, también se descubrió que Manolín no tiene licencia, ni tampoco camión, con lo que sí contaba hasta hace poco es con una gran facilidad de palabra y poder de convencimiento, al menos hacia el pequeño grupo de transportistas que representa y que esta vez no alcanzó para paralizar una parte del país.
La huelga se produjo después de las medidas aprobadas por el Gobierno en consenso con las organizaciones mayoritarias de transportistas. Entre ellas, destaca la ley para evitar que los transportistas trabajen a pérdidas o un nuevo paquete de 450 millones de ayuda, por lo que no se entendía el motivo real del conflicto, a decir de la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño.
AMP