Estados Unidos, Japón y otros 10 países que se unen a una enorme zona comercial en la Cuenca del Pacífico se comprometieron a no participar en una guerra de divisas entre sí y a dar a conocer cualquier intervención en los mercados de divisas.
La promesa llegó junto con la presentación del texto completo del Acuerdo de Asociación Transpacífico, que el presidente de EU, Barack Obama, llamó a un avance sobre anteriores acuerdos comerciales que “no siempre estuvieron a la altura de su bombo publicitario”.
El compromiso busca hacer frente a una de las mayores quejas que realizan los críticos de EU al TPP, incluyendo a la principal candidata presidencial del Partido Demócrata, Hillary Clinton, quienes afirman que países como China y Japón compiten inequitativamente al intervenir para mantener el valor del yuan o del yen artificialmente bajo para beneficiar a las exportaciones.
Si bien no es oficialmente una parte del TPP, el compromiso de evitar devaluaciones para competir y ser más transparentes sobre la composición de las reservas de divisas y las intervenciones de los bancos centrales en los mercados se encuentra en una declaración paralela que todos los miembros actuales y futuros deben firmar, dijeron funcionarios de EU.
Un alto funcionario del Tesoro de EU dijo que la declaración ata a los miembros del TPP, que representan cerca de 40% de la producción económica mundial, a compromisos más estrictos que los que exige el Fondo Monetario Internacional, el G7 o el G20.
Clinton, quien molestó al gobierno de Obama al hablar en contra del TPP después de que terminaron las negociaciones el mes pasado, citó la falta de reglas monetarias aplicables como una razón para su escepticismo. Como secretaria de Estado en el primer mandato de Obama, llamó al TPP un pacto con “estándar de oro”, pero desde entonces, al parecer por razones políticas, adoptó un tono más crítico en su campaña.
Los tres principales candidatos demócratas que buscan suceder a Obama se oponen al TPP a pesar del hecho de que, como el mayor acuerdo comercial que se negocia en cualquier lugar en 20 años, es probable que sea uno de sus mayores legados económicos. También un gran número de candidatos republicanos, entre ellos Donald Trump, se oponen al tratado.
Pero la batalla inmediata de Obama es lograr que el TPP pase por el Congreso, algo que la administración espera que las disposiciones monetarias ayuden a que esto ocurra. Todavía hay preguntas sobre cuándo el Congreso considerará la ratificación y si esto se dará antes de que Obama deje la presidencia en enero de 2017.
Obama se mostró efusivo en una introducción en línea que acompañó la publicación del texto, llamó al TPP “el acuerdo comercial de más alto nivel en la historia” y dijo que puede impulsar tanto las exportaciones de EU como ayudar a atraer inversión extranjera y empleos bien remunerados.
Va a eliminar las barreras injustas para los productos de EU lo que ayudará a todas las personas en el país, mientras que también exigirá a los países que lo firmen a cumplir con los altos estándares laborales y ambientales.
“Si ustedes lo observan...verán que este es un nuevo tipo de acuerdo comercial que coloca en primer lugar a los trabajadores estadounidenses”, dijo el mandatario.