El gigante japonés Toshiba, que intenta recuperarse de un escándalo contable, anunció el lunes la supresión de 6.800 puestos de trabajo en sus divisiones de productos gran público, lo que equivale a un tercio de sus efectivos.
Esta reestructuración dará lugar a importantes gastos y el grupo prevé pérdidas anuales récord de 550.000 millones de yenes (unos 4.500 millones de dólares) para el ejercicio de abril 2015 a marzo 2016.
Toshiba ya había tenido un año negro en 2008-2009 con la crisis financiera internacional, pero la pérdida entonces no superaba los 343.000 millones de yenes.
Las 6.800 supresiones de puestos previstos de aquí a finales de marzo 2016 se suman a un recorte de 1.200 empleados en el área de semi-conductores y a la transferencia a Sony de otros 1.100 asalariados.
También se eliminarán unos 1.000 empleos administrativos.