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Si les dices: ‘Tráeme tu CURP’, me van a decir: ¿A cómo das el kilo de eso?

Dueños de negocios aseguran que las nuevas disposiciones fiscales no son viables para pepenadores que, en algunos casos, no saben ni leer ni escribir y "a medias hablan".

Ante autoridades del Sistema de Administración Tributaria (SAT), en un foro de apoyo del Instituto Nacional de Recolectores (Inare), llevado a cabo en Cintermex, al menos dos comerciantes reprocharon las nuevas disposiciones que obligan a los pepenadores a ser controlados.

Para que los pepenadores se conviertan en comerciantes formales en México, sólo les basta entregar a las compañías de compra-venta de residuos su CURP y RFC, de acuerdo con las nuevas disposiciones fiscales implementadas a partir de 2014.

Sin embargo, a decir de un comerciante con negocio de compra-venta de chatarra, en el municipio de Juárez, ha sido difícil incorporarlos a la formalidad debido a que los recolectores "a medias" saben hablar.

"Muchos son indigentes, les llamo compras urbanas, no saben ni leer ni escribir, no tienen ni el habla completa.

"Si unos les dice: 'Tráeme tu CURP', ellos me van a decir: '¿A cómo das el kilo de eso?', ellos van a pensar que a lo mejor es un material, entonces no saben, el SAT no consideró el sector de abajo", indicó.

Aunque el pepenador no tiene que hacer ningún trámite electrónico, otro comerciante recolector de material reciclable argumentó que se tienen que contratar a Proveedores Autorizados de Certificación (PAC) para aprobar el ingreso del pepenador, lo cual genera costo de operación.

Para los servicios del personal capacitado que avale la comprobación del recolector, dijo, se tiene que pagar alrededor de cinco mil pesos.

"Veo que es un sector que vale muchos millones de dólares y hay muchos evasores de impuestos, bastantes, no tiene idea de cuántos hay, entonces ellos quieren captar impuestos de ellos, millones de pesos, y está bien, pero que lo hagan a los de arriba, no a los de abajo", manifestó por su parte el comerciante con un negocio en el centro de Juárez, Nuevo León.

En tanto, el dueño del negocio de compra-venta de chatarra agregó que integrarse al Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) gastó alrededor de 10 mil pesos para regularizarse.

"El microempresario nada contra la corriente siempre contra el Gobierno Federal, del Estado, la delincuencia", señaló.

Aparte de pagar impuestos, dijo, también paga cuota entre los 30 mil y 50 mil pesos a la delincuencia organizada y su hijo fue secuestrado.

"Ahora disminuyó la delincuencia, pero llegó el Gobierno para quitarnos... esos sí te dan factura".

Lo anterior fue expuesto ante Fernando Martínez, administrador central de gestión de calidad del SAT, así como frente a Samuel Magaña, administrador central de normatividad de Auditoría Fiscal Federal del SAT, quienes argumentaron que analizarán la situación.

En el marco del foro "Crezcamos juntos", organizado por el Instituto Nacional de Recicladores (Inare) y el Sistema de Administración Tributaria (SAT), las autoridades fiscales expusieron también los efectos de convertirse en un comerciante formal.

Por otra parte, algunos integrantes de mercados en el área metropolitana de Monterrey, han dado a conocer que se mantendrán en un régimen informal debido a que desconocen los sistemas.

"Lo único que nos han dicho los líderes del mercado es que ahora nos van a poner un medidor para la luz, pese a que esta es robada de un poste en el municipio de Escobedo", aseguró.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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