Si ya recibió su primer pago del año seguro habrá notado una variación en la cantidad a cobrar, sobre todo si es de los trabajadores que encuentran en las horas extras un alivio a sus finanzas. Esto se debe a las reformas al Impuesto Sobre la Renta (ISR), las cuales gravan las prestaciones sociales.
Es decir, el pago de horas extras, bonos, ahorro y gratificaciones anuales anteriormente era una parte del salario exenta de impuestos, lo cual permitía a las empresas deducirlo al 100 por ciento, pero ahora sólo podrán hacerlo en un 53 por ciento.
Para reducir esta carga impositiva, las empresas podrían pasar el monto de las prestaciones al salario gravable del trabajador, y será éste quien pague una mayor cantidad de ISR.
La directora del Centro de Investigaciones Económicas de la UANL, Cinthya Caamal Olvera, explicó esta situación.
“El salario laboral de un trabajador podría verse afectado, no el salario antes de impuestos, porque si se reducen las prestaciones, la misma ley establece que no se va a poder hacer ninguna deducción para las empresas.
“Deben de mantener el monto de las prestaciones, pero las empresas podrían integrarlo al salario gravable, y entonces aplicaría un mayor impuesto para los trabajadores. Esto sí se vería reflejado en un menor salario neto, después del pago de impuestos”, expresó.
Además de la reducción de ingresos para el trabajador, esto podría provocar que las empresas contraten por honorarios, indicó la directora del Centro de Investigaciones Económicas de la UANL.
“De hecho, se prevé que, dada esta situación de que ya no hay incentivos para deducir las prestaciones que serían ingresos exentos, las empresas podrían realizar contrataciones por honorarios. Los incentivos para dar prestaciones se reducen para las empresas”, dijo.
De acuerdo con la especialista, la eliminación del Impuesto sobre Depósitos en Efectivo (IDE), el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) provocó que se buscaran recursos para suplir estos faltantes a través de otras vías, como el Impuesto sobre la Renta y el IVA.
Por su parte, el fiscalista Héctor Nava lo explica tomando como premisa un sueldo de 100 pesos más 20 pesos de prestaciones.
“Ahora con estos 120 (pesos) te dicen: ‘De los 20 pesos, nada más la mitad la vas a hacer deducible’, entonces qué quiere decir: la empresa antes podía deducir 120 pesos, porque pagaba los 120 pesos…ahora que no paga los 120 pesos, va a poder deducir únicamente 110 pesos.
“¿Y qué hace el patrón?, en lugar de darte prestaciones que estaban exentas para el patrón, ahora lo que está haciendo es decirte: ‘Págame 120 pesos”, detalló.
¿Cómo afectará esto? Los impuestos que el trabajador pagará serán sobre una base de 120 pesos, y no sobre 100 pesos como se hacía hasta antes de la reforma.
Nava apuntó que esta medida impactará también en las aportaciones al Seguro Social, que crecerán en la misma medida.
“Puede ayudarte, porque mientras pagas más IMSS, tu pensión va a aumentar, obviamente, pero esto va a ser a largo plazo, al momento que ya estés precisamente pensionado”, expresó el especialista.
La buena noticia es que prestaciones de ley como aguinaldo o vacaciones, no son sujetas de esta disposición, por lo que su pago deberá ser íntegro.
“Como el aguinaldo y la prima vacacional son obligaciones de ley, no puedes dar menos, pero si están exentos, ahí sí al que le va a pegar va a ser al patrón, porque no puedes disminuir”, sostuvo.
De acuerdo con el fiscalista, la reforma afecta tanto al trabajador como a la empresa, en la misma proporción.
También estimó que las nuevas contrataciones disminuirán, o bien, los empleadores optarían por plazas de honorarios.
Nava sostuvo que esta situación podría fomentar la informalidad o una economía alterna donde los trabajadores no se encuentren en la nómina oficial.