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No son solo commodities

Los activos de mercados emergentes están atrapados en un lugar común y anticuado.

Es momento de tomar riesgos en los mercados emergentes. Los bonos soberanos de la semana antepasada de Argentina y Rusia lo confirman. Llegaron de los acreedores que no se consideraban siempre seguros, sin embargo, fueron suscritos y se negociaron en los mercados secundarios.

Para algunos analistas, ese entusiasmo es una señal de que la recuperación de los mercados emergentes es como la espuma. Pero también puede haber algunas razones por las que los inversionistas, que solían ver a los mercados emergentes con recelo, lo piensen de nuevo.

La recuperación de los mercados emergentes no es nueva. Comenzó en enero de 2016 cuando, después de cinco años de caídas consecutivas, sus monedas comenzaron a ganar terreno frente al dólar estadounidense y sus acciones superaron a sus contrapartes de mercados desarrollados.

Hay dos lados en ambas historias. La debilidad de las monedas de mercados emergentes es la otra cara de la fortaleza del dólar estadounidense. A medida que disminuya la tendencia alcista del dólar, las monedas de los mercados emergentes deben subir. Lo mismo ocurre con las acciones: cuando el S&P 500 rompe récords durante mucho tiempo, algunos inversionistas deciden distribuir algo de riesgo en los mercados emergentes.

Otros cambios ocurrieron. Uno 15 meses antes de la recuperación de los mercados emergentes, en noviembre de 2014, cuando el peso de las acciones de tecnología en la referencia del índice de valores del MSCI EM superó al de energía y materiales. Cuando el superciclo de materias primas estaba en pleno apogeo, a mediados de 2008, la energía y los materiales representaban más de un tercio de la capitalización de mercado del MSCI EM y las compañías de tecnología un décimo. El mes pasado, el grupo de materias primas era un octavo de la capitalización de los mercados emergentes, y los grupos de tecnología más de un cuarto.

Esto no es una sorpresa. Las compañías de tecnología de los mercados emergentes incluyen al trío chino de internet Tencent, Alibaba y Baidu, y nombres más antiguos como Hon Hai y TSMC de Taiwán, y Samsung Electronics de Corea del Sur. Las acciones de esos tres países representaron más de 70% de ganancias en el índice MSCI EM este año.

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En el otro extremo, las empresas de materias primas sufrieron la caída de precios, sin mencionar el escándalo de Petrobras, el grupo que, junto con la minera Vale, alguna vez representaron la mitad del índice Bovespa de Sao Paulo.

Acompañando el ascenso de los grupos de tecnología de los mercados emergentes se encuentran la fortaleza perdurable de los sectores financiero y discrecional del consumidor, que juntos representan más de un tercio del MSCI EM. Al juntarlos, la clase de activos no parece tanto una jugada sobre la demanda de materias primas que impulsó el crecimiento de los mercados emergentes los primeros doce años de este siglo. Más bien parece una dinámica de la fortaleza de Asia, que por cierto, tal vez no dure.

Si bien el comercio en la región crece, sus exportaciones dependen de la demanda de Estados Unidos (EU) y Europa, y aunque se espera que el consumidor de EU cobre vida, hasta el momento no ha ocurrido.

El comercio global es decepcionante. Los datos de CPB World Trade Monitor, una unidad dentro del Ministerio de Asuntos Económicos de los Países Bajos, muestra un aumento de comercio entre mayo de 2016 y enero de este año. Pero el impulso se desvaneció y los últimos datos de CPB, de hace dos semanas, muestran que vuelve a caer.

Los mercados emergentes tampoco están libres de la maldición de las materias primas. Incluso en la actualidad, las empresas de energía y materiales desempeñan un papel grande en el MSCI EM, mayor al de la contribución directa que hacen a las economías de sus países de origen. Pero también tienen un poderoso efecto multiplicador sobre otros sectores empresariales.

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Adam Slater, jefe economista de Oxford Economics, señala que, en el pasado, la caída de los precios de las materias primas fue positiva para el crecimiento global: las pérdidas que sufrieron los países exportadores de commodities fueron más que compensadas por el aumento del consumo y la inversión en los importadores de materias primas. Pero, esta vez, eso no ocurrió. Quizá los precios de los insumos primarios cayeron demasiado lejos de sus puntos máximos y una serie de inversiones perdieron su viabilidad. Al parecer el consumo se redujo por temor al futuro en un mundo de bajas tasas de interés.

Esto no significa que la tendencia alcista de los mercados emergentes termine ahora. Sus activos fueron golpeados en 2014 y 2015 por el desplome de las materias primas y el temor de un duro aterrizaje en China. Sin embargo, el diferencial de crecimiento de mercados emergentes y mercados desarrollados regresó al promedio, y los emergentes tienen un mejor desempeño. Aún así, los inversionistas deben tener cuidado con las señales de espuma.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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