Miles de mexicanos que se dedican a la compra y venta de ropa de paca sienten la amenaza de las políticas migratorias anunciadas por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
En Brownsville, Texas, hay cerca de 50 bodegas, a las que llega la ropa que dejan las familias estadunidenses del norte y centro del país y que para los paisanos resulta un buen negocio.
Esa industria que parece invisible tiene grandes resultados, pues beneficia a cuatro mil familias; las prendas se venden en los mercados sobre ruedas y tianguis de Tamaulipas, Veracruz, Estado de México, Michoacán, Tabasco, Guerrero, además de países como Guatemala, Belice e Italia.
En la bodega conocida como "El Comal", la gran parte de sus trabajadores teme que con la llegada del republicano a la Casa Blanca se incrementen las redadas y la cacería de mexicanos.
María Esparza tiene 13 años en esa industria, comenzó como separadora de ropa y ahora es encargada. "Cuando llegué no conocía las diferentes telas, algo que es básico como separadora, pues tienes que armar montoncitos con prendas de mezclilla, lino, franela, algodón y demás. Luego otro de la misma tela y de la misma prenda, como pantalones, camisas, plateras, etcétera", detalló.
Diariamente llegan embarques o contenedores vía terrestre con la ropa, además de al menos 200 clientes por día, quienes se surten de prendas para sus hogares o para exportar.
Las ventas van desde una libra, 50 centavos de dólar, hasta las 250 libras, es decir, una paca de ropa en 200 dólares.
"Realmente es muy barato, porque ya en México se pueden tener ganancias de 10 mil a 14 mil pesos. Es un negocio muy bueno en los tianguis", refirió.
Pero estos tiempos de bonanza parece que podrán sufrir un revés. "Hay gente que no tiene documentos... como todos tenemos necesidad, ni modo de negarle el empleo a alguien que te lo pide. Al menos ahorita la política no te dice que no puedes ofrecer un empleo, pero sí se va a poner difícil, se ve, van a bajar las ventas por el dólar, sobre todo por eso, ya ves ahorita como está, muy elevado, sí va a afectar", lamentó.
Con el triunfo de Trump en las pasadas elecciones estadunidenses, las primeras afectaciones económicas ya se hacen presentes. El precio de los fletes se ha incrementado 40 por ciento, debido al incremento de la gasolina y el precio del dólar.
"Ahorita estamos como cuando entró Bush, quebraron muchas bodegas porque subieron los precios y no se pudieron mantener los sueldos de los empleados", recordó.
En los últimos años, Elizabeth se vio obligada a ayudar en la economía de su hogar, porque el sueldo de su esposo no alcanzaba para mantener a sus dos hijas.
Con un trabajo de ocho horas continuas separando prendas, con altas temperaturas por los techos de lámina y siempre de pie, reclamó a un invisible Trump: "Hay temor, porque deberían de checar eso (la deportación de mexicanos), porque en las pacas y parcelas los que andan trabajando son los mexicanos, no los americanos, somos puros mexicanos… estos trabajos no los haría el gringo, porque son una friega".
Pese a la amenaza que representa el nuevo gobierno federal de Estados Unidos y ante los bajos salarios y pocas oportunidades laborales que hay en México, los paisanos buscarán mantenerse y regresar a cumplir el llamado Sueño americano.
Ángel es un jarocho que desde hace 10 años ha desempeñado múltiples trabajos en Estados Unidos, lo mismo ha sido albañil, carpintero, mecánico que jardinero. En la actualidad es el responsable del montacargas y de armar las pacas en “El Comal”.
Es un hombre de lucha y responsabilidades, siempre buscando unos dólares más para enviarlos a sus familiares que viven en Veracruz, a los que sí echa de menos, pero que prefiere ayudarlos a la distancia.
“Si me mandaran para México, busco la forma de regresarme, porque el dinero que uno gana aquí es mucho mejor que el que se gana allá, y aparte los trabajos son más pesados y peor pagados”, expresó.