Le tocó la combinación de ABInBev con Grupo Modelo. ¿Cuál fue la parte más compleja?
En cualquier proceso de integración, el reto más grande es comunicar. Desde que llegué a México definí que una de las prioridades durante la integración era garantizar los espacios para que nuestros colaboradores conocieran cuál era el proyecto que teníamos planteado para la nueva compañía: quiénes somos, qué queremos y hacia dónde vamos.
Me pareció importante buscar las oportunidades para comunicar en persona, ya sea uno a uno, o en reuniones de grupos reducidos con colaboradores de todos los niveles, y no solo a través de boletines y videos distribuidos por correo electrónico.
Este diálogo permite que tus colaboradores te conozcan mejor y, sobre todo, escuchar y conocer sus inquietudes. Estoy convencido que el éxito de una integración depende, en gran medida, de una estrategia adecuada de comunicación. Es un ejercicio que sigo haciendo y seguirá siendo parte importante de mi forma de conducir la compañía.
¿Cuál es el mayor logro de su paso por México?
Me gusta destacar logros que alcanzamos como empresa y como equipo. Me siento muy orgulloso de ver cómo nos dimos cuenta de que, trabajando juntos, con una estrategia bien definida y mucho foco, podemos alcanzar metas que, de otra forma, parecían difíciles de cumplir. En los últimos años, Grupo Modelo alcanzó volúmenes récord en México y logró soportar el crecimiento acelerado de nuestro portafolio de marcas mexicanas en el extranjero, en especial de “Corona Extra”.
¿En Grupo Modelo qué era especial y se pudo llevar a otros países?
El talento del equipo, y el amor y orgullo que sienten por la compañía y sus marcas permitió que la integración de compañías y de culturas empresariales, fuera más ágil y eficiente. Otro elemento valioso fue la existencia de puntos de venta propios para distribuir y vender al consumidor final (los Modeloramas).
¿Quedó algún pendiente en su gestión?
Como en toda gran empresa, quedan proyectos en curso que me gustaría ver florecer. Existen varias estrategias comerciales y de incremento de capacidad productiva que están en proceso de implementación y que comenzarán a surtir efecto en los próximos meses; algunas me tocará ver, otras quizás no.
Por ejemplo, me entusiasma mucho saber que la Cervecería Yucateca, que estamos construyendo muy cerca de Mérida, Yucatán, estará operando a finales de este año. Será un gran impulso para garantizar un mejor nivel de servicio a nuestros clientes y consumidores.
También me gustaría empezar a ver los primeros resultados del programa piloto “Zacatecas, Ciudad Modelo”. El objetivo es reducir el consumo nocivo de alcohol en la ciudad de Zacatecas en cuando menos 10% para el año 2020, e identificar mejores prácticas que puedan ser replicadas en otras partes de México y el mundo.
Mauricio Leyva tomará su puesto, ¿cuáles son sus recomendaciones para él?
Estoy seguro de que Mauricio realizará un gran papel al frente de las operaciones en México y que definirá una estrategia que genere valor no solo para la empresa, sino también para la categoría.
Creo que existen condiciones para consolidar a México como una potencia cervecera mundial y posicionarla como “la nación cervecera del siglo XXI”. Hoy es el principal exportador de cerveza mundial; la cerveza es el producto agroindustrial número 1 de exportación en México; el volumen de venta de cervezas mexicanas en el extranjero crece de manera interesante año tras año, y existen varias inversiones productivas en proceso de construcción.
Estas condiciones deben aprovecharse para consolidar el liderazgo de la cerveza mexicana en el mundo.