México no puede sentarse en la mesa a negociar con “una pistola en la cabeza” ante la amenaza arancelaria del presidente de Estados Unidos, aseguró a Notivox el ex secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
“Si seguimos con la amenaza arancelaria, a los negociadores que les va a tocar este reto será muy difícil estar negociando en una mesa donde te dejan una pistola puesta, por lo que debemos mantener una definición clara de cómo vamos a lograr nuestros objetivos, y a veces hay que tomar riesgos, porque, de otra manera, pierdes tu capacidad negociadora”, explicó en entrevista.
Precisó que, aunque se acordó entre ambas naciones una pausa a esta medida arancelaria del 25 por ciento, el presidente estadunidense sabía que utilizando este mecanismo de presión, podría imponerse en la negociación.
“Y claramente esta amenaza fue diseñada por él mismo, a pesar de que miembros de su gabinete no estaban de acuerdo con los aranceles, a pesar de que toda la industria norteamericana le decía que era suicida”, expresó.
“Diría que Donald Trump es el disruptivo más predecible que conozco hasta ahorita, ya que es un hombre que nos lo dijo en su libro, que escribió hace muchos años, ¿no? “El arte de negociar”.
Sin embargo, detalló que se viene la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), por lo que, al aceptar esta pausa, también se podría adelantar la revisión de este acuerdo comercial.
“El hecho de que mandemos al equipo comercial de Marcelo Ebrard a hablar sobre comercio implica que vamos a iniciar la revisión del T-MEC un año antes de lo que marca el compromiso firmado”, expuso.
En este sentido, consideró que es necesario tener claridad sobre los puntos de defensa e interés para México, ya que Donald Trump posiblemente quiera cambiar las reglas de operación, por lo que será crucial que los negociadores se acompañen del sector privado para no aceptar un mal acuerdo que podría ser dañino para la industria.
Apuntó que el presidente de la Unión Americana no cancelaría este acuerdo debido a que también gana de manera económica, por lo que su estrategia se basa en mantener la incertidumbre sobre la relación de ambos países para que las empresas que tienen planes de expansión difieran en su decisión por temor.

MRA