El incremento en el precio del dólar, el recorte en la perspectiva de crecimiento para este 2015, así como la caída en los precios del petróleo no son indicadores de una posible crisis financiera, afirmó Carlos Serrano Herrera, Economista en jefe de BBVA Bancomer.
Serrano afirmó que si bien la economía de México está creciendo a un menor ritmo y está atravesando por un ciclo de caídas en los precios del petróleo, así como la apreciación del dólar; éste “no es un escenario donde se pudiera dar una crisis financiera porque el resto de variables que miden la solidez de la economía se ven bien; como la deuda pública, el déficit de cuenta corriente y la salud del sistema bancario”.
Luego de que la Secretaría de Hacienda recortará su previsión de crecimiento para este año a un rango de entre 2.0 y 2.8 por ciento, el Economista en jefe de BBVA Bancomer dijo que la economía mexicana deberá avanzar alrededor de 0.8 por ciento cada trimestre, de aquí a que termina 2015, para poder alcanzar esta meta.
Anticipó que esto sólo será posible siempre y cuando la economía de Estados Unidos comience a acelerarse; pues de ello dependerá que la producción industrial en México repunte.
“El crecimiento trimestral del PIB de 0.5 por ciento es un dato que refleja un período de debilidad económica, pero será suficiente para terminar el año con un crecimiento de 2.5 por ciento”, explicó.
Analistas pronostican crecimiento entre 2.1 y 2.5 por ciento
Para BBVA Bancomer una señal de que la segunda mitad del año podría tener un mejor comportamiento es la estabilidad de indicadores como las tasas de interés y la inflación que está en niveles históricamente bajos al ubicarse en 2.74 por ciento. “El escenario es de alta volatilidad de bajo crecimiento, pero también de estabilidad macroeconómica y financiera”, afirmó Carlos Serrano.
El pronóstico que hace esta institución financiera para la economía mexicana al finalizar este 2015 se mantiene en 2.5 por ciento.
El equipo de análisis económico de Banamex también prevé que el segundo semestre se verá apoyado por un mayor crecimiento económico en Estados Unidos y un desempeño favorable del consumo privado interno, por lo que anticipan que el crecimiento de México será de 2.3 por ciento.
El banco de inversión Merrill Lynch señaló que para lo que resta de este año la depreciación del peso podría impulsar las exportaciones no petroleras de México, aunque prevé un moderado crecimiento del gasto doméstico, por lo que la economía de México crecería 2.2 por ciento.
Finalmente, Finamex Casa de Bolsa anticipa que la inestabilidad del sector industrial estadounidense y las persistentes caídas de las materias primas en los mercados internacionales sugieren que el panorama económico seguirá siendo complicado en lo que resta del año. Su pronóstico para la economía de este año es de 2.1 por ciento.