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Mariana Mazzucato: “siempre necesitaremos que el Estado ruja”

La economista afirma que el gran reto es equilibrar la relación entre el sector privado y el sector público, que suele ser poco imaginativo y temeroso

La primera vez que vi a Mariana Mazzucato fue cuando destripó intelectualmente a un capitalista de riesgo estadounidense en una conferencia de economía en Italia. Cualquiera que haya leído su libro, “El Estado Empresarial” (TheEntrepreneurialState) sabría que era mala idea discutir al alcance de su oído que el éxito de Silicon Valley se debe a los brillantes emprendedores.

El capitalista de riesgo fue descuidado en su diligencia y Mazzucato lo acabó, con datos, argumentos consumados y mucha actitud.

Como profesora de economía de la innovación en la Universidad de Sussex, Mazzucato es muy solicitada en el circuito internacional de conferencias por sus puntos de vista iconoclastas sobre cómo se genera la riqueza y el papel fundamental del sector público para promover la innovación.

Elige reunirse conmigo en el restaurante Gilbert Scott en el renovado hotel St. Pancras, cerca de su casa en Londres. Durante tres horas habla a una velocidad vertiginosa.

Me llama la atención la frecuencia con la que surge la palabra ‘misión’ en nuestra conversación. Mazzucato se describe como revolucionaria, que cree que los académicos tienen la obligación de usar su experiencia para desafiar las falsas narrativas políticas. Ella está determinada a reventar algunos de los “mitos” económicos, cambiar nuestra forma de pensar y cómo hablamos acerca los sectores público y privado en la era de austeridad.

Nació en Italia en 1968, se mudó a Estados Unidos a los cinco años. “Sueno como estadounidense, pero soy 100% italiana”.

Mazzucato se sintió atraída por la historia y la teoría económica, estudios que continuó en la New School of Social Research en Nueva York.Su doctorado fue sobre el cambio tecnológico, con una referencia particular a la industria automotriz estadounidense.

La idea de que los recortes en el gasto del gobierno producirían economías más fuertes, más competitivas e innovadoras es una conclusión que va en contra de gran parte de su investigación.

“Mi misión fue cambiar ese debate. Si queremos tener un crecimiento sostenible a largo plazo, en lugar de un crecimiento especulativo que se impulse por el financiamiento, entonces tenemos que comprender de dónde surge el crecimiento”, dice.

Como Mazzucato lo explica, la forma tradicional de enmarcar el debate sobre la creación de la riqueza es para presentar al sector privado como un magnífico león enjaulado por el sector público. Quita esas barreras, y el león camina y ruge. De hecho, argumenta, las compañías del sector privado pocas veces son leones; más a menudo son gatitos.

Pero el Estado desempeña un papel más creativo, insiste, en términos de la declaración de grandes misiones, y la inversión en las primeras etapas de desarrollo de muchas industrias, incluyendo los semiconductores, el internet y el fracking. “Siempre necesitaremos que el Estado ruja”.Incluso los legendarios empresarios de SiliconValley no son tan inteligentes como creen. Muchas de las tecnologías clave que utilizó Apple las desarrollaron por primera vez empresas del sector público.

Sus argumentos se desvían hacia un territorio más radical cuando hablamos sobre cómo distribuir los frutos de esta innovación de tecnología. Si aceptas que el Estado es en parte responsabledel éxito de muchas empresas del sector privado, dice, ¿no deben compartir más sus ganancias económicas?

Sin embargo, algunas empresas de tecnología y farmacéuticas realizan grandes esfuerzos para reducir sus impuestos, una de las formas en donde le pueden pagar al Estado.

Mientras pedimos dos macchiatos, volteamos hacia Europa, donde cree que se aprenden las lecciones equivocadas del éxito de SiliconValley. Los gobiernos le piden a las empresas lo que deben hacer para promover el crecimiento. Alientan el capital de riesgo, reducen los impuestos y los trámites burocráticos, vienen como respuesta. En muchos casos, Mazzucatoargumenta, esto equivale a no más que un programa de bienestar corporativo. “La ironía, por no decir que la tragedia, de lo que tenemos hoy en día es que no sólo no entendemos correctamente la historia de Silicon Valley sino que también aumentamos el riesgo de parasitismo, lo que empeora la desigualdad”.

El reto, dice, es volver a equilibrar la relación entre el sector privado, que muy a menudo es demasiado financiero y parasitario, y el sector público, que frecuentemente carece de imaginación y es temeroso.

Mazzucato tiene la rara oportunidad de ayudar a poner algunas de sus teorías en práctica en un nuevo campo: el espacio extraterrestre. Ella es una de varios economistas que asesora a la NASA sobre cómo el sector público y el sector privado pueden compartir sus responsabilidades y cooperar en la Órbita Terrestre Baja (LEO, por sus siglas en inglés).

En los primeros días de la exploración, el espacio solía ser una actividad del gobierno. En la actualidad, participan muchos países más, así como empresarios privados. “Vivimos en una era en donde el espacio se está privatizando. No digo que sea algo malo, simplementees un hecho”, dice. Aunque gran parte del proyecto es confidencial, Mazzucato sugiere que se tiene que hacer mucho más trabajo sobre la forma de estructurar los contratos privados y públicos en el espacio para fomentaruna mayor cooperación y asegurar que la NASA siga como una organización inteligente y no pierda a sus mejores cerebros.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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