Mientras las automotrices estadounidenses confirmaban que 2015 fue su mejor año de ventas, pocos de sus altos ejecutivos estaban en el centro industrial de Detroit para celebrar. Muchos se encontraban a 3,200 kilómetros de distancia, en Las Vegas, en el Consumer Electronics Show (CES).
Sin embargo, la distancia no es lo único que los separaba. Los ejecutivos en Las Vegas buscaban promover tecnologías de vanguardia como el coche eléctrico Chevrolet Bolt de General Motors, y los coches autónomos.
Mientras tanto, en la “ciudad del motor”, las nuevas cifras las encabezó un aumento, que se alimentó por los bajos precios de los combustibles, en el mercado de las camionetas pick up tradicionales y de los vehículos utilitarios deportivos.
Esa desconexión estará a la vista en el evento anual más importante de la industria del automóvil de Estados Unidos (EU), el Salón del Automóvil de Detroit, que se lleva a cabo en enero y donde las automotrices dan a conocer sus últimos y sofisticados vehículos eléctricos e híbridos. Además será un escaparate para todo tipo de consumidores de gasolina.
La división destaca las presiones de competencia que tienen los fabricantes de automóviles por parte de los reguladores -quienes establecieron normas estrictas de la economía de consumo de combustible- y de los clientes, de acuerdo con Mark Wakefield, director del mercado automotriz de la consultora Alix Partners.
“Cuando los precios de la gasolina estaban altos, la motivación de los reguladores se alineaba con la motivación de los clientes”, dice Wakefield. “Ahora que los precios de la gasolina están bajos, esas tecnologías que se requieren (para mejorar la economía de consumo de combustible) no muestran un rendimiento”.
Matt DeLorenzo, director editorial de Kelley Blue Book, el servicio de información de vehículos, dice que muchos de los lanzamientos serán de vehículos cotidianos que son distintos al Bolt.
Junto con ellos estará la nueva versión de la minivan Town and Country de Fiat Chrysler y una SUV grande de la marca premium GMC de General Motors.
“Verán muchos vehículos que son populares y con los que obtienen utilidades para ayudar a pagar los vehículos de combustible alternativo”, señala DeLorenzo.
Dice que los fabricantes de automóviles quieren mantener el impulso después de las ventas récord de 17.5 millones de vehículos en EU el año pasado.
Sin embargo, todavía es vital para las automotrices lanzar más modelos de consumo eficiente para satisfacer las reglas de la economía de combustible. Las regulaciones, que se introdujeron en 2012, exigen que tengan un promedio de economía de combustible de casi el doble -para llegar a 87 kilómetros por galón de EU- para el momento en que salgan a la venta los modelos 2025.
Eso las obliga a invertir en el desarrollo de vehículos exclusivamente eléctricos como el Bolt y los híbridos como el Ford Fusion que se enchufa, también se espera que los presenten en Detroit.
“La proporción de vehículos híbridos y eléctricos que se van a presentar es mucho mayor de 3% de las ventas que representan los vehículos híbridos y eléctricos”, dice Wakefield.
Las grandes automotrices también quieren presentar sus vehículos innovadores con el fin de frenar el creciente reto de tecnológicas como Google con su vehículo de autoconducción.
“Creo que las automotrices están muy conscientes del deseo de las empresas como Apple y Google de entrar en su negocio”, dice DeLorenzo. “O se asocian con ellos o, por lo menos, impedirán que tomen ventaja en su negocio de automóviles”.
Las camionetas SUV y las pick ups son por mucho más rentables que los sedanes convencionales. Eso también se encuentra detrás del aumento de los vehículos de lujo que se preparan para presentar en el evento. Por ejemplo, la marca Lincoln de Ford, presentará la versión de producción de su sedán Continental, mientras que Hyundai lanzará el modelo de lujo Genesis G90.
La fiebre de los vehículos de gama alta -tan sólo GM se comprometió a invertir 12,000 millones de dólares en los modelos Cadillac- genera preocupación de que el mercado puede empezar a llegar al punto de saturación. Hay señales de que el auge de ventas tal vez esté en su punto máximo, dicen los analistas.
Hay una “gran cantidad de actividad” en la parte superior del mercado, de acuerdo con DeLorenzo. “Se empieza a llegar a un punto donde tal vez hay demasiados coches que buscan muy pocos compradores”.