Bernie Ecclestone dijo una vez que “La Fórmula Uno (F1) es más grande que cualquier persona”.
El entonces jefe de la F1 respondía a la pregunta sobre si la popularidad del deporte disminuiría después de la muerte de Ayrton Senna durante el Gran Premio de San Marino en 1994. Sin embargo, la audiencia por televisión siguió creciendo después del accidente.
Su teoría se pondrá de nuevo a prueba. El lunes de la semana pasada lo reemplazaron como director ejecutivo de la F1, después de que Liberty Media, que controla el multimillonario estadounidense John Malone, adquirió la matriz de F1 por 8,000 millones de dólares (mdd).
Ecclestone aceptó asumir un puesto honorario, mientras que Chase Carey, a quien ya habían nombrado presidente, asumirá además el puesto de director ejecutivo de la F1.
Los cambios son sísmicos para un deporte que Ecclestone dirigió durante 40 años, gracias a su habilidad para asegurar los mejores términos en cualquier negociación.
Christian Horner, director de Red Bull Racing, recuerda que Ecclestone hizo una apuesta con el excampeón de la F1, Sebastian Vettel. El ejecutivo de 86 años dijo que podría nadar a lo largo de la piscina de hotel, más rápido que el piloto alemán, pero Vettel tenía que beber primero un vaso de agua. Cuando aceptó la apuesta, Eccleston pidió un vaso de agua hirviendo.
La misma intuición fue evidente durante décadas. Como director ejecutivo de Formula One Constructors Association, en 1978 ganó el derecho de negociar los acuerdos comerciales con las televisoras a nombre de los equipos como un paquete, en lugar de carrera por carrera. Esto hizo ricos a muchos dentro de la F1. Con el tiempo, Ecclestone se hizo multimillonario.
Pero su control férreo se aflojó últimamente. Los ingresos por patrocinios para los equipos en competencia llegaron a la suma de 750 mdd en 2015, menos que el monto de 950 mdd tres años antes. El cambio de televisión abierta a televisión de paga afectó a las audiencias de las transmisiones en mercados clave, como Asia.
“Creo que la forma como Bernie lo manejó probablemente funcionó mejor en años anteriores”, dijo Carey. “No creo que el espectáculo de un solo hombre de los últimos cinco o seis años permitió que este deporte creciera a todo su potencial”.
Si el estilo de liderazgo de Ecclestone solía ser dictatorial, Carey quiere una descentralización. Contrató como director general a Ross Brawn, uno de los directores de equipo y directores técnicos de la F1 más exitosos de las últimas décadas, quien supervisará el aspecto deportivo de la F1. El veterano de ESPN, Sean Bratches, será el director general comercial, con un enfoque hacia completar los patrocinios y los acuerdos de derechos de transmisión.
La nueva administración tiene planes de incrementar el interés comercial en el deporte al igual que su base de aficionados. Busca alianzas con grupos de tecnología y redes sociales, con la abierta posibilidad de lograr acuerdos de transmisión digital que puedan ayudar a llegar a las audiencias más jóvenes.
Personas familiarizadas con las negociaciones dijeron que el propietario estadounidense le ofreció a los equipos de la F1 la oportunidad de comprar acciones con descuento de la nueva matriz, una oferta que se diseñó para darle a los equipos más incentivos financieros para apoyar al deporte. Los dueños de los equipos solicitaron tiempo para revisar las propuestas y una reducción del periodo lock-up (fidelización) de 10 años para las participaciones.
Un ejecutivo cercano a Liberty Media dice que también se considera una distribución más uniforme de los ingresos entre los equipos, un tema que desde hace mucho tiempo es fuente de tensiones dentro de la F1.
La F1 divide los ingresos con base en una serie de factores, que incluyen el desempeño en las competencias y la “tradición”. De acuerdo con las cifras que obtuvo la revista Autosport, a Ferrari le pagaron 192 mdd en 2016, en comparación con 47 mdd para el grupo con menores ingresos, Manor Racing, un equipo que entró en estado de liquidación a principios de este año.
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Para tener éxito, Carey necesitará navegar en el mundo que construyó Ecclestone. “Bernie creó la F1 como es actualmente, desde un deporte de aficionados hasta un escaparate mundial de medios y tecnología”, dice Alejandro Agag, director ejecutivo de Fórmula E, la serie de carreras de coches eléctricos. “Es un gran reto hacerlo mejor de lo que ya es”.