¿Qué elementos del proyecto del aeropuerto te dieron ventaja frente a otros?
Nos enfocamos a hacer un edificio que se pudiera construir en tiempo récord y el proyecto está basado en hacer un solo edificio, único en el mundo; estábamos convencidos que era una oportunidad única para hacer un edificio que aprovechara la oportunidad histórica de resolver un problema de infraestructura y al mismo tiempo de contribuir a construir la identidad de México en el siglo XXI.
¿Cómo es el trabajo entre el despacho de Norman Foster y el tuyo?
Fue un momento en que las cosas coincidieron. Nosotros habíamos estudiado el tema del aeropuerto a profundidad por muchos años, a mí siempre me ha interesado el tema, y sabíamos que él era la persona más capacitada en el mundo para hacer este diseño y en tiempo récord hicimos juntos el diseño que pensamos es único en el mundo también por la visión que tiene de sustentabilidad que le permitirá a México hacer el proyecto de infraestructura más importante en la actualidad para potencializar el turismo, desarrollar la economía.
En este tema de sustentabilidad, ¿cómo se resolverá el tema del terreno pues se construirá sobre el antiguo lago de Texcoco?
Actualmente se está trabajando sobre la solución idónea: una gran losa compensada que trabaja con gran armonía con la condición particular geológica que tiene este terreno (que se define en gran medida porque son unas arenas que tienen una capacidad de compresión muy particulares). Estamos convencidos que vamos en la dirección correcta para desarrollar la solución a nivel estructural, a nivel arquitectónica y de sustentabilidad.
La sustentabilidad, además del medio ambiente, también involucra el ámbito político, económico, social y cultural, ¿cómo transmites esta enorme responsabilidad de la arquitectura a tu trabajo?
Yo creo que la arquitectura es un servicio social y es resolver un problema funcional en un edificio habitado. En este momento histórico, cuando hay un mayor awereness del impacto de la arquitectura, se vuelve fundamental que nosotros como diseñadores tomemos las medidas necesarias para aplicar la tecnología que existe para que los edificios sean lo más responsables con el medio ambiente. En ese sentido, sin duda el aeropuerto trae una agenda muy definida, tiene que ser un aeropuerto que pasa por una agenda de sustentabilidad, en todos los niveles: desde la energía que produce con el sol, cómo utiliza los recursos naturales, la forma en la cual recicla el agua y cómo la fachada está resuelta, todo va a apuntando hacia un proyecto de gran responsabilidad social y sustentabilidad.
En la arquitectura, además de tener grandes ideas, se requiere gran sensibilidad para los negocios...
Al final el arquitecto llega a una empresa, a diferencia de un artista, como arquitecto lo que haces es finalmente desarrollar proyectos en tiempo, en presupuesto, en una estructura de colaboradores, entonces de alguna manera también hay una agenda de negocio involucrada.
Aparte del proyecto del aeropuerto, ¿qué veremos próximamente?
Estamos trabajando un museo en Mazatlán; en la transformación de un gran espacio público en la Ciudad de México; la oficina en Nueva York está haciendo un proyecto en Manhattan y estamos haciendo un museo en Austin.
Estamos shortlisted para un concurso en Moscú, y estamos haciendo un pabellón dedicado a la energía nuclear en Moscú.
¿Quién es la persona que más ha impulsado tu carrera y por qué?
Sin duda Norman Foster. Pero hay que ser justos, muchas personas han sido muy generosas y muy importantes en mi vida, me han aportado muchísimo con sus propias capacidades en sus propias posiciones.
A nivel de arquitectura, sin duda Rem Koolhas, cuando tenía 26 años diseñé con él la sala de conciertos de Oporto (Portugal), fue muy importante en mi formación, y después diseñar el aeropuerto con Norman Foster ha sido determinante en mi carrera.