Debido a la política monetaria expansiva de Estados Unidos y Europa, la deuda corporativa en México aumentó, lo que ha incrementado el riesgo de choque por parte de las empresas mexicanas con deuda en el exterior, según una investigación de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal.
La reducción de un punto porcentual en la tasa de política monetaria de Estados Unidos aumentó el volumen del crédito por parte de bancos de ese país en México en 7.2 por ciento anual, una situación que prevalece desde que la Reserva Federal disminuyó su tasa a casi cero desde la crisis de 2008.
A la fecha, según el Banco Internacional de Pagos (BIS), el sector privado local acumula deuda por casi 96 mil millones de dólares (mdd), la tercera en las naciones emergentes. China lidera este rubro con 340.6 mil mdd y sigue Brasil con 158.7 mil mdd.
Asimismo, el Fondo Monetario Internacional indicó que México figura entre las principales economías emergentes que han acumulado deuda entre sus firmas corporativas entre 2007 y 2014.
Y proyecciones del Banco de México señalan que de 2008 a 2013 la deuda corporativa en México pasó de 70 mil millones de dólares a 110 mil mdd.
La política monetaria de EU, con tasas bajas, es la que ha detonado la búsqueda de recursos financieros en ese mercado, dice el reporte de la Fed.
En general, una disminución de 1 punto porcentual de las tasas de EU, Reino Unido y Europa, eleva en 3.7 por ciento el crédito en el país, según la investigación. Europa también ha mantenido sus tasas en valores históricamente bajos para salir del estancamiento económico.
Esta situación, dice el FMI, en su reporte sobre estabilidad financiera, se agrava cada vez que la moneda de un mercado emergente se devalúa. Lo cual “lleva a que el pago de cada dólar, que no haya sido bien apalancado, salga más caro a las empresas”.
Según la Fed, México es especialmente sensible a los choques que se generen por cambios en la política monetaria de EU y Europa, debido a que sus instituciones otorgan el 56 por ciento del crédito bancario a firmas mexicanas.
Actualmente, existe incertidumbre financiera debido a que la Fed pretende elevar su tasa, lo que podría ocasionar una caída en el ritmo de inversión al encarecerse el financiamiento y distorsionar los flujos de capital hacia México. Esto, más la volatilidad por la que el peso se ha devaluado en más de 20 por ciento, encarecería el pago del servicio de la deuda de las empresas mexicanas, dijo en un reporte Siddarth Daiya, experto en deuda en mercados emergentes de Aberdeen Asset Management, de Londres.
Destaca el que muchas empresas mexicanas se han financiado en dólares pero ante la volatilidad y el hecho en que muchas obtuvieron créditos del extranjero sin tener ingresos fuera de México, enfrentan un proceso de depreciación.
El experto destaca la situación por la que pasaron las vivienderas mexicanas que se financiaron con dólares cuando el tipo de cambio estaba entre 12 y 13 pesos y luego brincó a 15. Esos créditos, afirma, se han vuelto muy difíciles para pagar.
Llama ONU a evitar choque
Esta situación, que se repite en los mercados emergentes, llevó a la ONU a recomendar una coordinación monetaria global para evitar este tipo de choques, y disminuir el riesgo de una crisis, afirmó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), en su último reporte anual publicado este mes.
“Siete años después de la crisis y de luchar en contra de una débil demanda a agregada global, creciente desigualdad de ingresos y una persistente fragilidad financiera; la economía global continúa vulnerable a los caprichos del sistema financiero”, aseguró el documento.
Alfredo Calcagno, jefe de la subdivisión de Políticas Macroeconómicas y Desarrollo de la Unctad dijo a MILENIO: “Tenemos un problema serio de la forma en como se está dando la globalización financiera, y en este informe, planteamos que son problemas estructurales que hay que reformar el sistema monetario internacional”.
Agregó que por ahora se tiene un sistema en la que la liquidez la genera el sector privado en gran medida, siguiendo las políticas monetarias de países desarrollados.
Advirtió que los países desarrollados son inconsistentes con su política monetaria expansiva, pues quieren enfrentar una crisis sobre la cual pretenden aumentar la liquidez, pero imponen una política fiscal restrictiva con austeridad que restringe el flujo de capital dentro de su economía.
Eso llevó, afirma, a que los intermediarios con gran liquidez, como los bancos y entidades crediticias, a buscar mecados en países emergentes.
“No es que América Latina necesitara mucho crédito en ese entonces, pero vino por un choque externo, y por la política expansiva, como ocurrió en los noventa y a principios de 2000, lo que generó una oleada de financiamiento por decisiones en países desarrollados”.
Según Calcagno el problema reside, en que este capital llega a países como México y se mueve en operaciones especulativas que generan inestabilidad macroeconómica y no financian proyectos de inversión, un beneficio más tangible para la economía.
“Cuando se anticipa un incremento en la tasa de interés de EU, así como un aumento del riesgo en países emergentes, en parte por los efectos de estos mismos flujos de capital, que generaron burbujas financieros, sobre valuación de las monedas y exceso de crédito, el capital se va, propiciando la fragilidad financiera que se experimenta actualmente”, agregó.
[Dé clic sobre la imagen para ampliar]