A una semana de la visita del presidente Enrique Peña Nieto a Argentina, ya hay equipos técnicos en ambos países revisando los tratados comerciales existentes. Son el Acuerdo de Complementación Económica 6, con el cual se otorgan mutuamente preferencias arancelarias en el comercio de productos, y el Acuerdo de Complementación Económica 55, sobre el sector automotor. La intención es aumentar de manera gradual los beneficios de cara a firmar un tratado de libre comercio (TLC) antes de 2018.
Para Argentina, un TLC con México es un paso previo para ser miembro pleno a la Alianza del Pacífico —Colombia, Chile, México y Perú—, donde el gobierno de Mauricio Macri es por ahora observador. Eso sí, debería Argentina también tener un TLC con los otros tres socios del bloque.
Con 45, México es uno de los países con más tratados comerciales, además de 32 acuerdos para la promoción y protección recíproca de inversiones con 39 países. Pero sin duda su gran motor comercial es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que tiene desde hace 22 años con Estados Unidos y Canadá. Ocho de cada 10 productos que exporta México tienen como destino EU, país con el que comercia 1 millón de dólares por minuto.
“Desde que se firmó, el comercio con EU creció ocho veces”, afirma Ildefonso Guajardo como contexto del poder multiplicador de abrir fronteras comerciales; “con Argentina podríamos duplicar el comercio rápidamente”. Hoy apenas suma 2 mil 500 millones de dólares (mdd)
¿Qué dejó la visita a Argentina y qué diferencias notaron versus las gestiones comerciales con los anteriores gobiernos?
Esta visita nos da la oportunidad de hacer un relanzamiento de la relación entre ambos países, bajo las bases de una dinámica distinta, muy alineada a la estrategia que México ha intentado posicionar en su relación con América Latina. Ahora hay un encuentro, una coincidencia en el posicionamiento que tomamos en el ámbito internacional, una voluntad para hacer el acercamiento más profundo en materia comercial, con una visión muy compartida en cuanto a estrategias, política de desarrollo, integración con tratados comerciales. El gobierno de Enrique Peña está dando muestras de la importancia que tiene Argentina; desde el inicio su administración mandó señales muy claras de trabajar de la mano con Argentina, partiendo del hecho de que había algunas visiones diferentes en el modelo de integración anterior.
Dos temas importantes son revisar los ACE 55 y 6, ¿qué se logró?
Fueron los temas centrales. La visita formaliza la voluntad de los gobiernos de avanzar en la profundización del ACE 6, que regula el comercio sujeto a preferencias arancelarias de un número importante de bienes, aún limitado en relación con el universo posible. También el ACE 55, que regula el comercio en automóviles y autopartes, mismo que fue sujeto a una limitación vía restricciones de cupos en un esquema que debió haber avanzado hacia un libre comercio como se había acordado.
De hecho, según el tratado, se libera por completo este año.
Sí, en 2016, pero en la renegociación tuvimos que aceptar un aplazamiento a 2019, un análisis de integración y una apertura que quitaba cupos, dadas las circunstancias que en su momento enfrentan en Argentina. Sin embargo, el comercio es bastante intenso, porque de los más de 2 mil millones de dólares, 40 por ciento está bajo el beneficio del ACE 6 y un porcentaje similar del ACE 5. Aquí es importante mandar un mensaje muy claro: las armadoras que tenemos son similares (filiales de las mismas marcas), así que que por determinaciones gubernamentales no vamos a alterar los esquemas de combinación estratégica que ya tienen las propias empresas.
¿Por ejemplo?
Hay autopartes producidas en Argentina que se integran a vehículos armados en México o autos que se exportan a Argentina. También hay unidades que se producen en Argentina y se exportan a México. Estos son equilibrios que encuentran las mismas automotrices, y cuando entramos ‘artificialmente’ a limitarlos trastocamos sus esquemas de competitividad y entonces perdemos todos porque obstaculizamos un modelo eficiente de comunicación productiva. Aquí es donde se puede buscar un equilibrio más libre de las armadoras, donde se puede alentar que algunas autopartes producidas en Argentina sean enviadas a México, y viceversa, y hacer que crezca el tamaño del pastel para ambos países.
¿El ACE 6 incluye productos agropecuarios?
En la ampliación de este acuerdo de complementación hicimos lo que en el caso de sus vecinos (Chile y Uruguay). Para que haya un cambio de estrategia se introdujeron disciplinas que son particulares de acuerdos de libre comercio: capítulos sobre acceso de mercado dentro de los radios de origen, o sea cómo integramos producción para que sea beneficiaria de estos tratados, prácticas comunes sobre temas sanitarios, de competencias, de obstáculos técnicos al comercio, de homologación de requerimientos y normas para los sectores productivos. Todo esto para introducir disciplinas que nos ayudan a construir confianza y certidumbre en nuestra relación comercial.
¿Eso puede ser el inicio de un posible TLC con Argentina?
Sí. Una parte nos prepara hacia
el mediano plazo, a dar fácilmente el
brinco a lo que sería un acuerdo de libre comercio donde seamos totalmente ambiciosos en la oportunidad para ambos países.
¿Cuáles serían los tiempos?
Lo que vamos a consolidar de inmediato es la profundización de los acuerdos existentes, estaremos buscando la posibilidad de que en la presidencia de Enrique Peña Nieto podamos avanzar en las disciplinas y en un esquema de profundización para dar el siguiente paso.
¿Es decir, en menos de dos años?
Podríamos iniciar ya, dar el siguiente paso después de la profundización del ACE 6 y su ampliación, para dar el siguiente paso en busca de los sectores productivos que tengan una mayor visión para comenzar el proceso de libre comercio. Los tiempos dependen mucho de la voluntad política y de que ambos países tengan la disposición. Nosotros la tenemos. Tenemos la fortaleza de nuestras empresas manufactureras mientras que Argentina tiene grandes posibilidades en el sector agroindustrial.
¿Profundizar sería aumentar ese 40 por ciento que son hoy los negocios no automotrices, por ejemplo, en qué porcentaje?
Hay 12 mil fracciones arancelarias para el comercio de bienes, por lo que el ACE 6 hoy tiene preferencia; es decir, cobramos menos impuestos de los que cobramos a otros países. Sumar 10 por ciento, unas mil 200, aumentaría el número de bienes en los cuales no damos preferencias. Hoy el vino argentino, al estar en del ACE 6, le damos un tratamiento preferencial, al cobrar la mitad de los aranceles que cobramos a los vinos de otros países con los que no tenemos acuerdos. Una posibilidad es mejorar el ingreso del vino argentino a México. Pero se tiene que balancear con la apertura del mercado que Argentina ofrezca a México.
¿Cuáles bienes estarían primero en esa lista de profundización?
Evidentemente los que están muy asociados con fortalezas de cada país. En el caso de México pusimos una serie de productos en los sectores de manufacturas, electrónicos, electrodomésticos y dispositivos médicos. Y Argentina es un país fuerte en sorgo, soya, granos, leguminosas y aceites.
¿Un TLC con Argentina en cuánto aumentaría el negocio bilateral?
Mejorar los esquemas de acceso nos facilita potencializar nuestro comercio de manera importante. Argentina es nuestro cuarto socio comercial en América Latina a pesar de su tamaño. Y el hecho de que tengamos un TLC con Chile, Colombia y Perú, pues el segundo y el tercer lugar lo ganan Colombia y Chile. Aunque son economías más pequeñas que la argentina, el acceso al libre comercio los hace socios comerciales importantes.
Entonces, sin poder dar una cifra exacta, sin duda el impacto de la liberación del comercio inmediatamente mejora las condiciones y dispara los números.
Le doy un ejemplo, desde el TLC con EU nuestro comercio se ha multiplicado por ocho, al pasar de 50 mil a 400 mil millones de dólares.
¿Cuáles son los siguientes pasos tras la visita a Mauricio Macri?
Ya empezamos a trabajar con los grupos de negociación para negociar en la ampliación de los ACE y estamos identificando la primera fecha de una reunión de los grupos de negociación, que seguramente ocurrirá el próximo trimestre. El hecho de que en México hayamos empezado hace años nuestro esquema de tratados internacionales nos ha permitido hacer todo un equipo muy talentoso y muy rápido.