La Casa Blanca y los demócratas en el Congreso estadounidense se dirigen a un nuevo enfrentamiento por la ratificación del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos (EU) y Canadá (T-MEC), lo que plantea la posibilidad de nuevas negociaciones.
A unas semanas de que entró en funciones el nuevo Congreso, los principales demócratas dicen que quieren cambios al acuerdo comercial que firmó Donald Trump con Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, y el expresidente de México, Enrique Peña Nieto, en noviembre pasado.
Algunos demócratas creen que el nuevo acuerdo no incluye disposiciones lo suficientemente fuertes para hacer cumplir los estándares laborales y ambientales. Otros lamentan que la administración de Trump no logró levantar los aranceles del acero y el aluminio para sus vecinos, cuando se firmó el acuerdo.
Sin esas modificaciones, los demócratas advierten que el nuevo acuerdo comercial probablemente no obtenga suficientes votos para lograr la aprobación.
“Aprecio los esfuerzos de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero el presidente ni siquiera está cerca de estar en el lugar correcto”, dijo Sherrod Brown, senador demócrata por Ohio y posible contendiente por su partido para la candidatura presidencial en 2020.
El senador Brown también señaló la importancia de agregar disposiciones de aplicación al nuevo acuerdo. A medida que crece la oposición demócrata al T-MEC, Trump amenaza con emitir un aviso de retiro de seis meses de anticipación del actual TLCAN de 1994, para obligar a los demócratas a dar marcha atrás. Este esencialmente es un ultimátum para elegir entre su acuerdo o regresar a las normas que gobernaron el comercio entre los tres países.
“No importa lo bueno que sea algo, es muy probable no van a querer aprobarlo”, dijo Trump en un discurso este mes ante el grupo de cabildeo agrícola. El creciente forcejeo por la ratificación del acuerdo comercial hace que los funcionarios de Ottawa y la Ciudad de México se sientan nerviosos.
El acuerdo, que se firmó el 30 de noviembre de 2019, se alcanzó después de meses de complicadas negociaciones entre los tres países. Aunque imperfecto, el nuevo acuerdo comercial con Trump evitó una ruptura total del TLCAN.
La preocupación es que podría volver a estar en la mesa de negociaciones, en un momento en el que Trudeau se enfrenta a una elección general en Canadá y Andrés Manuel López Obrador está en su primer año de presidencia.
“Estamos tratando de no involucrarnos, pero obviamente lo seguimos muy de cerca, porque los problemas con la ratificación son relevantes para nosotros”, dijo un funcionario canadiense.
“Negociamos un acuerdo con el que estamos contentos y se firmó. Es difícil especular sobre lo que podría pasar en estos meses”, agregó el funcionario.
Por su parte, Luz María de la Mora, subsecretaria de Economía de México, dijo que “para nosotros, el acuerdo está cerrado”. Los expertos en Washington dicen que los cambios que exigen los demócratas tal vez no requieran una renegociación total y podrían abordarse en un anexo o en una carta de acompañamiento.
El Dato.1,486 mdd
es el intercambio comercial al día entre Estados Unidos, México y Canadá que se registró en 2017.
Se espera que al menos en una de las demandas de los democratas, que México modifique sus leyes laborales para cortar los lazos entre los partidos políticos y los sindicatos, sea aprobada pronto por la legislatura mexicana.
Pero los grupos empresariales de EU se ponen cada vez más nerviosos. “Mucha gente en el Congreso y en la comunidad empresarial estaría muy preocupada por un ultimátum de ‘TLCAN nuevo o sin TLCAN’”, dijo John Murphy, vicepresidente senior de política internacional de la Cámara de Comercio de EU.
Incluso, sin que se dé un movimiento tan drástico por parte de la administración Trump, se espera que el plazo para la aprobación del Congreso sea largo.
Esto se ha vuelto más importante, ya que es probable que el cierre parcial de gobierno demore la publicación de un informe clave de la Comisión de Comercio Internacional de EU sobre los efectos económicos del nuevo acuerdo.
Pero los demócratas, que tomaron el control de la Cámara de Representantes tras las elecciones de mitad de periodo en noviembre pasado, no parecen inclinarse a dar marcha atrás.
“No creo que los demócratas tengan miedo de enfrentarse a la administración y decir ‘es difícil y doloroso, pero esto es lo que significa gobernar’”, dijo un auxiliar demócrata del Congreso. El auxiliar agregó que “no está claro a qué está jugando el presidente, aparte de hacer girar un machete, el cual va a poner nerviosos a todos”.
