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El futuro según Agustín Carstens

El estado del mundo, la tasa de crecimiento de la economía mundial, no es tal que podamos darnos el lujo de limitar el potencial de crecimiento a través de medidas proteccionistas, afirma Carstens. 


Agustín Carstens, el gobernador del Banco de México (Banxico), dijo que las demandas contra la globalización no se limitan a Estados Unidos (EU), donde Donald Trump se compromete a deshacer los tratados comerciales, sino que son visibles en una serie de países del G20.

Un informe de la organización independiente Global Trade Alert señala un aumento en las medidas proteccionistas que realizan países del G20 en los últimos dos años, a pesar de un compromiso por frenarlas.

Para mediados de agosto, los gobiernos del G20 habían implementado 350 medidas nuevas que discriminan los intereses comerciales extranjeros, casi cuatro veces más que las de 2009.

“El estado del mundo, la tasa de crecimiento de la economía mundial, no es tal que podamos darnos el lujo de limitar el potencial de crecimiento a través de medidas proteccionistas”, dijo, y señaló que hay “luces amarillas” intermitentes sobre el comercio en un conjunto de países.

“Este es un problema que va más allá de EU y México, o incluso el Reino Unido. Es un fenómeno extendido al que se tiene que hacer frente. Mi impresión es que probablemente declaramos la victoria hace unos años en el sentido de decir que la globalización está aquí para quedarse, que todo el mundo es feliz con ella, y dejamos de apoyarla”.

Carstens, quien preside el comité de asesoría política del Fondo Monetario Internacional (FMI), agregó: “esta especie de tendencia contra la globalización, un mayor proteccionismo, un mayor nacionalismo, está presente en diferentes latitudes. ¿Qué te puedo decir sobre el Brexit? Es un motivo de preocupación”.

El efecto Brexit

Banxico hizo una cuarta reducción al pronóstico de crecimiento a un rango de 1.7 a 2.5% en 2016, a pesar de los obstáculos económicos y las consecuencias relacionadas con el Brexit.

Igualar el crecimiento del año pasado de 2.5% no será tarea fácil, por el peso golpeado y las presiones inflacionarias que ya llevaron al sorpresivo aumento de medio punto a las tasas.


En los últimos años, el Banxico recortó regularmente las previsiones económicas en medio de la caída de los precios del petróleo, las lentas reformas estructurales y lo que llama una “economía mundial desfavorable”.

Carstens ve una “mayor volatilidad” para el resto de 2016, cuando las elecciones de EU alcancen su punto máximo y se asiente el polvo del Brexit. Sin embargo, desde su oficina dice que “si los desarrollos posteriores al Brexit se manejan de forma ordenada y constructiva -ese es un ‘si’ importante- creo que el impacto será manejable”.

El banquero central parece desconcertado por el Brexit al igual que muchos en Gran Bretaña. Un firme creyente de la globalización, dice que “la colaboración e integración económica es esencial” y el impacto total de la salida del Reino Unido de Europa todavía es difícil de anticipar.

De fronteras y tratados

El mundo no está lejos de repetir lo que ocurrió en la década de 1930, cuando un aumento agresivo de proteccionismo ayudó a profundizar y extender el impacto de la Gran Depresión. Hay señales de que, frente al bajo crecimiento y la presión de las industrias nacionales a raíz de la crisis de 2008, las economías principales sean más proteccionistas.

En EU, los dos principales candidatos en esta campaña presidencial colocaron su escepticismo sobre los acuerdos comerciales y la liberación en el centro de sus plataformas económicas. México se encontró en la mira de la campaña de Trump, quien afirma que si gana en noviembre va a deshacer los acuerdos comerciales y erigirá barreras para las importaciones.

Las promesas participan en los movimientos de tipo de cambio entre EU y México, ya que algunos inversores especulan sobre el daño para la economía mexicana que recibe el impulso de las exportaciones.

Carstens reconoció el impacto de la campaña presidencial de EU sobre los mercados, dijo que algunos inversionistas “prestan atención”. En su última declaración de políticas, Banxico citó que la política estadounidense es un factor de riesgo.

Si bien no mencionó a Trump por su nombre, Carstens defendió el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) como algo positivo para los dos países, aunque no descartó que se puede mejorar después de 22 años.

“Lo que espero es que una vez que se asiente el polvo del proceso electoral, México y EU puedan seguir operando de tal manera que sea de beneficio mutuo”. Añadió que “México es un país que abraza la globalización. Un país donde nuestras exportaciones tienen un papel muy importante, y en especial las exportaciones a EU”.

Al tipo de cambio del peso con el dólar lo impulsan los riesgos políticos en EU y las señales de que la presidenta de la Reserva Federal (FED), Janet Yellen, prepara el terreno para un segundo aumento en las tasas de interés en el corto plazo.

Carstens dijo que la relación de la política monetaria entre los dos países es una de las variables más importantes para la junta del Banco Central, pero fue optimista sobre los efectos en cadena de la medida EU.

“Preparamos el terreno para este evento. Ya que estamos preparados, cuando esto ocurra probablemente sea menos relevante”, dijo. “Dado que la presidenta Yellen dijo que será muy gradual y de cierta manera manda señales. Espero que no genere demasiada volatilidad en nuestros mercados”.

La respuesta de las políticas de México ante el movimiento de las tasas en EU no está escrita en piedra, agregó, cuando se le preguntó si realizaría un aumento paralelo en las tasas de interés. México, durante el primer incremento de un cuarto de punto de la FED, reaccionó y ha elevado las tasas otro punto porcentual.

“Va a depender. Tendremos que ver cómo evolucionan las condiciones, y cómo afectan las expectativas inflacionarias y la inflación actual”, dijo. “Fueron explícitos de que dependerán de los datos. Dejaron clara cuál es su intención”.

Y México...

El peso mexicano se encuentra en la línea de fuego. Como la moneda más líquida de los mercados emergentes, representa una cobertura conveniente y que brevemente alcanzó un mínimo histórico por debajo de 19.52 pesos por dólar tras conocerse el resultado del referéndum del Reino Unido. Se recuperó con el recorte de las tasas, pero desde entonces se volvió a debilitar y ahora opera a poco más de 18.6 pesos por dólar.

Las elecciones de EU pueden plantear mayores riesgos si el republicano Donald Trump, quien quiere construir un muro en la frontera e impedir que las empresas estadounidenses se reubiquen en México (donde tienen costos menores), gana en noviembre.

“Necesitamos tener la cabeza fría”, dijo Carstens, y señaló que “las ganancias reales del comercio” en la relación bilateral EU-México “deben tener la mayor consideración”.

Por ahora, parece que la volatilidad seguirá, lo que puede frenar el apetito de los inversores para colocar dinero en México, dijo Carstens. “Creo que lo que tiene que hacer México es distinguirse de otros mercados emergentes, y la forma de hacerlo es tener un marco macro congruente y consistente, políticas monetarias y fiscales adecuadas para acomodar las crisis a las que nos enfrentamos”, dijo.


Como tal, Banxico “se tomó la libertad... de recordar” al secretario de Hacienda el 30 de junio de la necesidad de lograr un superávit primario el próximo año, cuando elevó la tasa de referencia a 4.25%. Un superávit sería el primero en México desde 2009.

El secretario de Hacienda ya anunció recortes adicionales al presupuesto 2016 de 31,700 millones de pesos (mdp), que se suman a los antes anunciados de 132,000 mdp este año y de 175,000 mdp en 2017. Banxico, con el temor de que la debilidad del peso eleve la inflación que ya afecta algunos sectores, realizó un segundo aumento en cuatro meses de medio punto a la tasa de interés, con lo que superó las expectativas de un alza de 25 puntos.

Si bien la inflación mexicana, que se encuentra en mínimos históricos, no corre peligro de dispararse y debe terminar el año “ligeramente por encima de 3%”, Carstens dijo que el banco, “quiere adelantarse”.

Banxico elevó las tasas en paralelo con la FED de EU en diciembre pasado y dejó en claro que quiere seguir sus acciones, pero tomó un camino diferente. “Las decisiones de la FED aún son muy, pero muy importantes”, dijo. “Pero el Brexit es un ejemplo claro de que hay acontecimientos en los que el impacto a las expectativas de inflación es muy, pero muy diferente”.

Mientras que la posición del dólar estadounidense como un refugio seguro provocó el aumento de valor de la moneda y redujo las expectativas de inflación en EU con el Brexit, la depreciación del peso mexicano las alimentó. Mientras que México elevó, las discusiones en la FED sobre un posible nuevo aumento a las tasas parecen estar en pausa.

Entonces, ¿el aumento de medio punto del Banxico será suficiente? “Ya veremos”, dijo Carstens, con una sonrisa por todos los imponderables que hay en el horizonte. “Eso espero”.



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