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El dinero móvil es la clave para la inclusión financiera

El crecimiento de los sistemas de pagos móviles en África subsahariana, donde tienen la mayor penetración, es un ejemplo de las opciones disponibles para la integración de todos los sectores.


En gran parte del mundo en desarrollo, solo un tema domina la discusión sobre el futuro de la banca: la inclusión financiera. El acceso a los servicios financieros generalmente se percibe como un motor de desarrollo, especialmente en los países de menores ingresos. También se considera como una fuente de ganancias potenciales sin explotar para los bancos y otras instituciones financieras.

Pero si bien la búsqueda de los que “no tienen banco” del mundo puede presentar oportunidades, también conlleva riesgos.

A finales del año pasado había 2,000 millones de adultos en el mundo sin una cuenta bancaria, o 38% de todas las personas de más de 15 años, de acuerdo con el Banco Mundial.

Ya se lograron progresos. El número de adultos sin una cuenta cayó de 2,500 millones en 2011 mientras que, debido al crecimiento de la población, el número de cuentas bancarias aumentó en 700 millones.

Si bien tener una cuenta bancaria es casi universal en los países de altos ingresos de la OCDE, con 94% de los adultos, solamente 54% de los adultos en las economías en desarrollo tienen una, dice el Banco Mundial.

La misma institución señala en un reporte de este año que la inclusión financiera es “crítica para reducir la pobreza y lograr el crecimiento económico inclusivo”.

Llegar a personas de escasos recursos a través de las redes tradicionales de sucursales es muy difícil. Muchos de los pobres en zonas urbanas del mundo desarrollado consideran intimidantes las sucursales bancarias, muchos de los pobres de comunidades rurales no tienen acceso a ellas y construir sucursales tiene un costo prohibitivo.

Mientras las economías en desarrollo enfrentan la perspectiva de una desaceleración del crecimiento económico -o incluso entran en recesión, como Brasil- se buscan otras soluciones. El crecimiento de los sistemas de pagos móviles en África subsahariana a menudo se considera como un ejemplo, especialmente M-pesa, que opera Safaricom, una red de operadores de telefonía móvil que controla Vodafone del Reino Unido.

M-pesa se lanzó en 2007, y para el año pasado llevó el crecimiento del dinero móvil en Kenia a un punto en que 58% de los adultos del país tienen una cuenta móvil, de acuerdo con el Banco Mundial.

M-pesa ayudó al entorno regulatorio de Kenia. “Una de las diferencias fundamentales es que a los bancos de Kenia y a las instituciones no bancarias se les permite ofrecer servicios financieros móviles”, dice Seema Desai de GSMA, una asociación de la industria de operadores móviles.

Otros países regulan las cosas de manera distinta. Letshego, una empresa de préstamos y microfinanzas, opera en siete países en África oriental y del sur, con planes para añadir más el próximo año. Cada país tiene regulaciones diferentes y Letshego tiene o adquiere una serie de licencias diferentes, desde la de banca total hasta captación de depósitos y microfinanzas. “Trabajamos en un entorno regulatorio complejo con distintas licencias en cada país, pero eso nos permite enfocarnos en la prestación de servicios a costos realmente bajos”, dice Chris Low, presidente ejecutivo.

Low dice que Letshego mantiene bajos sus costos, de 29% del ingreso, al usar sucursales de bajo costo, oficinas con “pocas funcionalidades”, que no pueden manejar dinero, y los canales electrónicos en conjunto con los operadores móviles.

Esto le permite llegar a clientes que la banca tradicional ignora porque están “más allá de lo que su apetito del riesgo les permite”.

Surgieron muchas otras operaciones de dinero móvil y cuentas de bajo costo en África durante la última década, lo que hace que África subsahariana sea la región con mayor penetración de ese tipo de servicios.

Pero llevarlos más lejos y a otras partes del mundo tal vez no sea sencillo.

M-pesa se benefició enormemente por su posición de monopolio en Kenia cuando construyó su negocio.

De hecho, en América Latina, varios intentos de los bancos más grandes de la región para construir negocios con una base de cuentas bancarias de bajo costo fracasó.

El dinero móvil y otras formas alternativas de banca constituyen “una gran oportunidad” para los bancos en América Latina para llegar a nuevos clientes, dice Alejandro García director de bancos en América Latina de Fitch Ratings. Pero hacerlo también tiene sus riesgos, especialmente el fraude.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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