Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) suelen tener pocos empleados de planta, pero pueden impactar con sus programas de Responsabilidad Social (RS) en la calidad de vida de muchos trabajadores indirectos e incluso en las comunidades que más lo necesitan. Es el caso de la compañía Mezcal Real Minero.
Graciela Ángeles Carreño, gerente general de dicha mipyme, comentó en entrevista: “Habíamos realizado actividades de esta naturaleza sin saber que tenían una categoría. El año pasado tuve la oportunidad de participar en un foro donde me enteré de que lo que hacemos se llamaba Responsabilidad Social y toma importancia al atender lo que falta hacer en una sociedad con problemas de desarrollo”.
CASA, TIERRA Y DINERO
Al preguntarle sobre las estrategias que emplean para que el trabajador tenga mejores condiciones laborales, Ángeles destacó que se enfocan en iniciativas como el comercio justo, apoyo sin intereses para vivienda y que no vendan su patrimonio, así como en apoyar la educación de los colaboradores y de la comunidad en general con la instalación de bibliotecas.
Uno de los casos de éxito es el de don Epifanio, un adulto mayor con problemas de salud. Gracias al apoyo de la empresa no ha tenido que desprenderse de su patrimonio. “Lo que ha hecho es vendernos maguey. Antes de la cosecha acordamos un precio justo. De esta manera ha ido cubriendo sus necesidades y reuniendo capital. Si sus hijos se casan, vende el maguey, no las tierras, pues ese producto no se termina y siempre obtendrá un ingreso”, dijo la gerente.
Don Epifanio asistió a las capacitaciones sobre cultivos que otorga esa empresa a sus colaboradores. Así tomó conocimiento de otro proyecto que le permite obtener mayores ingresos. “Pidió un dinero adelantado y hace dos años inició, junto con su esposa, un pequeño rancho de hortalizas orgánicas. Hoy ya tiene pozo y verduras, siembra rábano, cebolla, lechuga y se hace de un ingreso adicional al que recibe cada año por la siembra de maguey”.
Francisco, un joven de 26 años que trabaja directamente con la firma mezcalera, recibió apoyo porque sus padres “no tienen una casa como tal; tienen un terreno y una construcción improvisada. Su meta era tener una vivienda, algo con paredes, techos y piso. Comenzó a planearlo y la empresa lo apoyó según lo requería para comprar materiales”.
Lo mismo pasó con Rey, que ahora ya tiene hogar, está casado y tiene un hijo. El préstamo que hace la empresa es sin intereses y el colaborador tiene un año para pagarlo conforme a sus posibilidades. “No les descontamos cada mes; pagan conforme vayan pudiendo. Si tienen mayor posibilidad, entonces dan un abono mayor”, señaló la gerente.
Una de las ventajas de esos apoyos es que generan arraigo. “Es muy sencillo. La gente no migra porque no le guste su pueblo sino porque carece de las condiciones para cubrir sus necesidades básicas”. Por ello, la empresa ha generado una cooperativa que se convirtió en “una fuente de oportunidades que implican tener empleo seguro, constante, sueldo fijo, prestaciones de ley y aspirar a un préstamo de vivienda”.
APUESTA A FUTURO
Otro de los proyectos que tiene en curso Mezcal Real Minero es instalar bibliotecas en comunidades mezcaleras, las cuales suelen tener un índice de desarrollo muy bajo. “El propósito es que las ganancias se devuelvan a la comunidad; es decir, que un proyecto pueda tener un alcance de largo plazo, no resolver necesidades inmediatas como repartir despensas o dar zapatos, sin resolver el problema de fondo”. La gerente agregó que la expectativa de la biblioteca comunitaria es atender a niños y personas de la tercera edad para vincularlos con la educación y generar en ellos, sobre todo en los más jóvenes, el interés por seguir estudiando.
“El impacto de una biblioteca podrías medirlo por el número de usuarios. Para mí, se va a medir cuando se reviertan las dificultades del barrio donde está: una baja economía, deficiente nivel educativo, mayor número de niños en edad escolar pero menor número de profesionistas. Cuando logremos equiparar el número de estudiantes con el número de profesionistas tendrá el éxito esperado”.
Mezcal Real Minero ha recibido apoyo de otras empresas. “Aunque no hemos tenido el efecto esperado, participa una empresa distribuidora de mezcal en la Ciudad de México, Sabrá Dios. Uno de los socios me ayudó buscando a uno de los primeros donadores: Fundación Ciel. La empresa Heavy Metl ha sido una de las principales donadoras: entre el año pasado y éste aportó 250 mil pesos. También hemos tenido donativos de Converse y de pintores mexicanos cuyas obras se han subastado o vendido”.
Además, en junio de 2016 Mezcal Real Minero organizó una comida a beneficio de la biblioteca en la que participaron los chefs Alejandro Ruiz, Manuel Baños y Rodolfo Castellanos, ganador de Master Chef. Espera que se sumen más a esta iniciativa. “La invitación está hecha, por eso el proyecto lleva el nombre de Bibliotecas para Pueblos Mezcaleros. La intención es que esta experiencia se reproduzca en otra localidad”, concluyó.