El bajo crecimiento económico mundial, que afecta la demanda de exportaciones mexicanas, tiene explicación en la hipótesis del “estancamiento secular”, señaló un miembro de la Junta de Gobierno del Banco de México, de acuerdo con la minuta de su última reunión.
Explicó que el mundo experimenta un entorno de precios bajos de materias primas —como el petróleo—, menor comercio internacional y sobreoferta de manufacturas, situación que se explica por la menor inversión y el aumento del ahorro.
Según la hipótesis del estancamiento secular, el bajo crecimiento global carece de un ciclo y es estructural, por lo que algunos economistas no esperan una recuperación, a menos que se implementen medidas como estímulo fiscales, debido a que los bancos centrales tienen menos herramientas para combatir ese tipo de malestar económico.
El experto Jonathan Heath coincidió con aspectos de dicha hipótesis, y recordó que ese problema fue reconocido por el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe de perspectiva económica.
“No hemos crecido, y ha tardado mucho, y parece ser que sí, se debe a un cambio estructural”, indicó a MILENIO.
El miembro de la junta explicó que, por un lado, el entorno de inversión baja se explica por un menor crecimiento en la población, una desaceleración de la productividad, y un descenso en los precios de los bienes de capital, necesarios para producir, además de un menor beneficio de aumentar la educación.
Y por el otro lado, el aumento del ahorro —que inhibe la inversión— “está fundamentado en la creciente desigualdad del ingreso, la acumulación de reservas internacionales, el proceso de desendeudamiento de algunas economías y la preparación para su retiro de algunas generaciones en economías avanzadas.
“El hecho de que la información extraída de instrumentos de mercado muestre que para los siguientes años se anticipen tasas de inflación y tasas de interés reales extremadamente reducidas, parecería apoyar la hipótesis del estancamiento secular”, señaló el miembro de la junta.
La mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno del Banxico indicó que las reducciones de tasa y otros instrumentos para impulsar la economía, como estímulos monetarios, tienen una efectividad cada vez menor para apoyar la recuperación económica, de acuerdo con la minuta.
Ante un entorno económico de menor crecimiento, algunos miembros de la junta consideran que la perspectiva de México enfrenta riesgos a la baja, “aquellos relacionados con una mayor desaceleración de la demanda externa”, lo que mantiene en una tendencia negativa a las exportaciones mexicanas de manufacturas.
Un miembro de la junta indicó que ante este entorno es poco probable que la economía mexicana pueda mantener el ritmo de crecimiento estimado para el primer trimestre de este año. El Inegi informó que en los primeros tres meses de 2016 el producto interno bruto (PIB) aumentó 2.8 por ciento anual, por arriba de las expectativas de algunos analistas económicos.
“Ese comportamiento desfavorable de las exportaciones manufactureras se observa tanto en las exportaciones automotrices como en las no automotrices”, señaló el Banxico en la minuta.
El economista de Harvard Lawrence Summers, un candidato a la presidencia de la Reserva Federal de Estados Unidos, ha sido una de las figuras que ha advertido el riesgo de ese tipo de estancamiento, y recomendó que los países desarrollados deben implementar una serie de estímulos fiscales, dirigidos especialmente al gasto en infraestructura.
“El problema con esta solución es que no hay lugar para un estímulo fiscal directo, porque no se sabe cómo se puede financiar. Y los países que aumentaron su déficit terminan pagando un precio mayor, lo que no conviene”, indicó Jonathan Heath.
“En el caso de México tampoco es recomendable, debido a que incluso Moody’s le llamó la atención a México por el manejo de sus finanzas”, agregó.
Sin embargo, indicó que los bancos centrales están intentando implementar soluciones “heterodoxas”, pero señaló que conllevan riesgos para la economía.
Actualmente, los bancos centrales Europeo, de Japón, de Suecia y de Dinamarca implementaron tasas de interés negativas, para desincentivar el ahorro, y fomentar la inversión a través de su sistema bancario.
“Pero es territorio inexplorado, jamás habíamos visto tasas nominales negativas, y no se conocen las repercusiones. Desde el punto de vista del usuario bancario, están perdiendo dinero por guardar su dinero en el banco”, señaló a Notivox Rafael Eutimio García, académico de la UAM Azcapotzalco.
El especialista en finanzas señaló que el riesgo de un bajo crecimiento y de un entorno de volatilidad en los mercados puede prevalecer en 2016, ya que “las propias autoridades del Banco de México advirtieron variaciones bruscas en el tipo de cambio y de magnitudes considerables, que no correspondan a la lógica económica tradicional y ortodoxa”.
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