Volkswagen tiene que romper con su compleja estructura de gobernanza corporativa a raíz del escándalo de emisiones, que llevó a una nueva caída de 10 por ciento en el precio de sus acciones ayer, de acuerdo con inversionistas y expertos.
También instaron a una revisión radical, pues requiere que las familias, el gobierno estatal y el fondo soberano, que son los mayores accionistas de la compañía, renuncien a sus puestos en la junta de supervisión de la automotriz.
Sus comentarios se pusieron de relieve cuando la agencia calificadora estadunidense Moody's degradó la calificación de deuda de VW, después de que Standard & Poor's realizó una medida similar el mes pasado.
Moody's citó el riesgo que presentan para las ganancias de VW las últimas revelaciones de problemas con las emisiones de dióxido de carbono de 800 mil automóviles, y las denuncias de los reguladores estadunidenses de esta semana de que el engaño en las emisiones de óxido de nitrógeno en 11 millones de vehículos a diésel se extienden a algunos coches de lujo, entre ellos un modelo Porsche.
"Las nuevas denuncias aumentaron la preocupación de Moody's sobre cuestiones de control interno y gobernanza de Volkswagen", dijo Yasmina Derghini-Douvin, analista principal de Moody's para la automotriz.
Solo un miembro de la junta de supervisión de 20 personas de VW se considera independiente. Las familias Porsche y Piëch tienen cinco directores. El estado de Baja Sajonia y un fondo de Qatar tienen dos cada uno. Los tres accionistas en conjunto tienen 90 por ciento de las acciones con derecho a voto. Los sindicatos tienen 10 asientos en la junta de administración.
"Pensar en las personas en el consejo será un punto de partida útil (para la reforma). ¿Necesitas dos políticos? ¿Necesitas cuatro o cinco representantes de las familias Porsche-Piëch? ¿No puedes conseguir a alguien con más experiencia?" Dijo Hans Hirt, director del inversionista activista Hermes Equity Ownership Services.
Christian Strenger, mienbro de la comisión de gobernanza corporativa de Alemania, dijo que el mecanismo de control de la junta de supervisión fue deficiente. "Cinco de los 10 lugares de los accionistas tienen que representar sangre nueva. Ese es un prerrequisito para un verdadero regreso a la normalidad", dijo.
El volumen de las revelaciones generó serias dudas sobre la insistencia de VW de que solo participó un grupo de ingenieros renegados. "Las últimas revelaciones obviamente sugieren que es endémico y sistemático en todo VW", dijo Max Warburton, analista de Bernstein Research. Las acciones de VW cayeron hasta 10 por ciento ayer, y cerraron en poco más de 100 euros; otros fabricantes de automóviles también sintieron daños en sus acciones, ya que los inversores temen que el asunto del dióxido de carbono pueda atrapar a más fabricantes.
Las revelaciones mencionadas se suman a lo que admitió VW, de que instaló "dispositivos de desactivación" en 11 millones de coches con motores a diésel que se diseñaron para reducir las emisiones de óxido de nitrógeno durante las pruebas reglamentarias. Esta semana, los reguladores de EU también acusaron que los dispositivos se utilizaron en 10 mil coches más, incluido un modelo Porsche.
TAGS RELACIONADOS:
