Hulk Hogan y Melania Trump conforman una extraña pareja. Lo que el exluchador profesional y la esposa del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos (EU) tienen en común es un hábil abogado de la industria del entretenimiento, Charles Harder.
Harder tiene entre sus clientes a celebridades como George Clooney, Bradley Cooper, Sandra Bullock y Clint Eastwood. Mantuvo sus nombres fuera de productos que no les pagaron para patrocinar, desde proyectores de películas de alta calidad hasta relojes.
Ahora el abogado se encuentra en el centro de dos casos de alto perfil que pueden hacer que él se convierta en el centro de la atención que normalmente disfrutan sus clientes. La semana pasada, Gawker Media cerró su emblemático sitio web de chismes después de perder un juicio de 140 millones de dólares (mdd) con Hogan, cuyo verdadero nombre es Terry Bollea, quien contrató a Harder para demandar a Gawker por invasión de privacidad, después de que publicó un video sexual del luchador.
El veredicto resonó en el mundo de los medios. También desató debates sobre el financiamiento de litigios y la libertad de prensa después de que se dio a conocer que Peter Thiel, el multimillonario de Silicon Valley, quien tuvo sus propios roces con Gawker, financió la demanda de Bollea.
Harder dice que entiende el debate. “Hay preocupaciones legítimas”, dice a Financial Times. “La gente quiere estar segura de que no se pueda comprar ni pagar a su gobierno, ni a sus periodistas, ni a otras importantes instituciones. Los periodistas se quieren sentir cómodos al informar la verdad sobre cuestiones de legítimo interés público sin el temor de que los demanden por hacerlo. Lo entiendo”.
“Pero”, agregó, “una prensa libre no es ilimitada… no puedes difamar a alguien. No puedes publicar clandestinamente videos sexuales de personas sin su consentimiento… si estas cosas se permitieran, tendríamos un mundo muy diferente”.
El éxito del caso de Harder contra Gawker sin duda captó la atención de Donald Trump. Su esposa, una exmodelo, retuvo a Harder después de que el DailyMail del Reino Unido y otros medios publicaron informes “con declaraciones falsas y difamatorias acerca de que ella supuestamente fue una ‘escort’ en la década de 1990”, dijo Harder. Se enviaron cartas a las organizaciones de noticias donde se les advirtió de las acciones legales.
Harder, un abogado de 46 años nativo de Encino, un sector rico de Los Ángeles, creció con su padre, un consultor financiero, y su madre, quien cuidó de él y su hermano. Después de la secundaria, fue voluntario en el Parque Nacional Rocky Mountain.
Cuando comenzó en la Universidad de California, Santa Cruz, la política le llamó la atención. Se unió al consejo estudiantil y se convirtió en un enlace con la ciudad que anhelaba el bloque de votación de los estudiantes. Eso lo llevó a una pasantía con un asambleísta local.
Después de graduarse de la carrera de política, Harder trabajó para un demócrata liberal en el Senado del estado, y defendió un proyecto de ley que obligaba al gobierno a comprar pintura y aceite de motor reciclados.
Harder se inscribió en la escuela de derecho. Después de un año como empleado de un juez federal, se unió a una firma de abogados en Orange County, donde trabajó para clientes tan diversos como Walt Disney o desarrolladores inmobiliarios.
Después se cambió a Lavely&Singer, una firma especializada en la industria del entretenimiento. Salió para unirse a Wolf, Rifkin, Shapiro, Schulman & Rabkin, donde continuó representando a celebridades en las disputas.
Fue en octubre de 2012 cuando Gawker publicó el video de Bollea. David Houston, abogado personal de Hogan, le pidió a Gawker que lo eliminara. Cuando el editor se negó, Houston llamó a Harder, quien presentó una demanda contra Gawker y su fundador.
Harder y dos amigos abrieron su propia firma de abogados y se llevaron la demanda de Gawker con ellos. Casi tres años y medio después, la cruzada de Harder contra Gawker continúa.
La compañía, que recientemente se vendió a Univision por 135 mdd como consecuencia de la bancarrota, apela el fallo y los daños. Harder representa demandas de otras dos personas -que no financia Thiel- quienes fueron objeto de artículos de Gawker.
Harder no dirá cómo la señora Trump se convirtió en su cliente. Thiel habló en la convención nacional republicana cuando nominaron a Trump como candidato del partido, pero Harder dice: “Lo más que sé, es que no hay relación entre ellos dos”.
Ahora que se encuentra en sus 15 minutos de fama, parece poco probable que pueda mantener el bajo perfil que desea. Harder no asiste a eventos de alfombra roja, entregas de premios o fiestas de Hollywood, prefiere cenas con amigos. Hace unas semanas, Harder todavía disfrutó un poco del anonimato en Las Vegas, donde se reunió con amigos para beber cerveza y elegir sus equipos de futbol americano favoritos.