Buscan que la calidad de vida llegue a las cadenas de valor

La economía circular puede ver más allá del reciclaje y llevar mejores condiciones laborales a los proveedores más marginados.

La igualdad entre las sociedades, respetando la equidad de género, y el acceso a una mejor condición social al crear oportunidades, son los ingredientes necesarios para transformar a las comunidades y refrendar el compromiso empresarial para mejorar la calidad de vida dentro y fuera de las organizaciones.

Tal es el caso de la firma The Body Shop, que hace 30 años lanzó el programa de abastecimiento Community Trade que, a través del comercio comunitario, busca mejorar la calidad de vida de su cadena de valor mediante una economía circular y sustentable. “Para nosotros, las mejores prácticas al desarrollar una estrategia para mejorar la calidad de vida siguen siendo las mismas de 1987, cuando la fundadora, Dame Anita Roddick, fue pionera del comercio con comunidades, otorgando a éstas el desarrollo de oportunidades en lugar de un donativo”, dijo Mark Davis, director internacional de Suministro.

AGRICULTURA SUSTENTABLE

La iniciativa ha beneficiado económicamente a más de 40 mil personas en situación de vulnerabilidad al ofrecerles una opción de comercio sostenido y confiable en su cadena de valor, así como estabilidad de precios. El proyecto desafía métodos agrícolas como el uso de químicos y pesticidas, salarios bajos, malas condiciones de trabajo y prácticas no sustentables que pueden conducir a la pérdida del hábitat.

“El principal reto al que nos enfrentamos al desarrollar una cadena de suministro con nuestros programas de comercio justo es la capacidad local. Mientras que los proveedores con los que trabajamos siempre producen ingredientes, regalos y accesorios de excelente calidad, el hecho de producirlos al volumen que necesitamos, en lapsos muy cortos y con la misma calidad, se vuelve un gran desafío”, puntualizó Davis.

“Desarrollar esta capacidad de gestión en las comunidades lleva tiempo y mucha inversión, por lo que consideramos que esta práctica trae consigo mejoras inigualables dentro y fuera de la comunidad, impactando satisfactoriamente en la calidad de vida de sus habitantes, con la mejora de productos para nuestros clientes, así como un impacto positivo y duradero en las comunidades”, resaltó.

“Somos un grupo de mujeres solas, indígenas ñañus que plantamos, cuidamos, replantamos el maguey para transformarlo en esponjas y guantes para baño. Con este nuevo trabajo, que es muy bonito, nuestro cliente nos apoya a través del comercio justo. Antes usábamos la fibra del maguey para los techos de nuestras casas, que dura hasta 30 años, y como no había leche bebíamos el líquido de la penca. Gracias al comercio justo ha mejorado nuestra calidad de vida”, destacó una de las beneficiarias.

“Un gran ejemplo de impacto positivo es el proveedor mexicano de accesorios exfoliantes de fibra de maguey Ya Muntsi Behña, cooperativa de 250 mujeres indígenas de Ixmiquilpan, Hidalgo, quienes trabajan la fibra de maguey manufacturando esponjas exfoliantes y, desde 1992, cuentan con un grupo que ha tenido cambios estructurales, sociales y económicos fortaleciéndose al tener una fuente estable de ingresos en las aldeas más remotas, proporcionando una fuente segura y continua de ingresos para amortiguar los problemas con una estructura que no pierde el sentido de la cadena de valor, según los principios de comercio justo y cuidado del medio ambiente”, concluyó Davis.

EDUCACIÓN

Por su parte, Natura, empresa brasileña líder en el desarrollo y venta de productos cosméticos y de belleza, implementa desde 2013 en México el Programa de Comunidades de Aprendizaje, con el cual, mediante la venta de lo que llama “productos con causa”, y junto a su red de consultores, destina un margen de ganancia a proyectos educativos.

En 2014 tomó la decisión de invertir en el proyecto enfocado en la transformación de las escuelas y sus contextos a través del diálogo y la ciencia para ayudar a superar el fracaso escolar y a mejorar la convivencia en los planteles. La iniciativa ha tenido una inversión mayor a 30 millones de pesos, beneficiando a más de 20 mil niños a través de su aliado estratégico Vía Educación, organización de la sociedad civil sin fines de lucro.

Con el programa, que es ciento por ciento voluntario, “se ha logrado impactar directamente a escuelas en Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Nuevo León y Puebla, mediante fases de transformación en donde la escuela comienza un proceso basado en siete acciones educativas de éxito: Grupos Interactivos, Tertulias Literarias Dialógicas, Participación Educativa de la Comunidad, Biblioteca Tutorada, Formación de Familiares, Formación Pedagógica Dialógica y Modelo Dialógico de Convivencia”, informó Griscelda Ramos, directora de Sustentabilidad de Natura México.

“Antes de la reforma educativa, lograr la apertura de los planteles era casi imposible; hoy tenemos la capacidad de empoderar y darnos cuenta de los innumerables cambios positivos. Uno de los mejores ejemplos es el caso de la escuela vespertina Carlos Pellicer, de Puebla. Ese centro entró al programa siendo una institución “focalizada” —término con el que se conoce a las escuelas con los peores resultados educativos y de convivencia— y sus resultados en pruebas estandarizadas (español, lengua, matemáticas) estaban por debajo de los de otras escuelas en su zona, sobre todo en los centros de enseñanza matutinos”, concluyó Ramos.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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