La economía mexicana no será capaz de aguantar la caída de los ingresos —provocada por los bajos precios del petróleo—, a menos que aumenten los impuestos en los próximos años, señaló en un reporte Carlos Capistrán, economista en jefe de Bank of America Merrill Lynch en México.
De acuerdo con el análisis de esa institución, el gobierno no contará con las mismas herramientas que utilizó en 2015 para contener la caída en los precios del petróleo, ciclo que inició a mediados de 2014.
El impuesto a la gasolina, la cobertura financiera para protegerse de los bajos precios del petróleo y la transferencia del banco central de los excedentes de operación que surgieron de las ganancias de capital derivadas de las reservas internacionales ayudaron a incrementar los ingresos a pesar de la caída de las divisas por petróleo, indicó Capistrán.
“Por consiguiente, el gasto público aumentó en 2015 sin comprometer la reducción en el déficit”, indicó.
Pero esas herramientas fueron de carácter no recurrente, y en medio del contexto de menores ingresos el gobierno prometió no aumentar los impuestos, para ofrecer un entorno de estabilidad para el sector privado, indicó el economista.
Sin embargo, Bank of America señaló que la caída en los ingresos gubernamentales será de 2.5 puntos porcentuales del producto interno bruto en 2016, por lo que se reducirá el gasto en 2.9 puntos del PIB para alcanzar las metas de reducción del déficit presupuestal.
De forma similar, se espera que los ingresos del gobierno se reduzcan 1.6 puntos porcentuales del PIB en 2017 y se efectúe un recorte presupuestal de 1.2 puntos del PIB. En ambos casos se incorporan los recortes anunciados por el gobierno este año.
Pero Bank of America indicó que no espera un mayor recorte presupuestal, superior a 4 puntos del PIB, por lo que el gobierno tiene que buscar otros canales de ingreso.
Capistrán indicó que las reducciones al gasto público afectarán el crecimiento económico un punto porcentual del PIB este año, y hasta 0.7 puntos en 2017, por lo que el gobierno enfrenta presión para encontrar nuevos ingresos.
“La contracción en el gasto de gobierno podría ser mayor a la que esperamos y existen riesgos a la baja para la producción petrolera, por lo que también hay riesgos a la baja para nuestros pronósticos de crecimiento del PIB para ambos años”, señaló el reporte.