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Asia espera que Trump inicie ataques a China

El sector económico tiene la teoría de que el republicano cumplirá la promesa de campaña de catalogar a Pekín como manipulador de la moneda.

Michael Spencer se unió de nuevo a Twitter el fin de semana pasado. El jefe economista para la región Asia Pacífico de Deutsche Bank volvió a entrar por una sola razón, mantenerse al día sobre lo que piensa Donald Trump.

Tarde o temprano, la teoría que tienen los banqueros e inversionistas de Asia es que el presidente de Estados Unidos volverá a centrar su atención en otra promesa de campaña: la de calificar a China como un manipulador de la moneda.

Desde la salida temprana de Trump al acuerdo comercial de la Asociación Transpacífico, Asia escapó en gran medida de la mira de la Casa Blanca, pero hay una hipótesis generalizada de que esto solo puede durar un tiempo. “Creo que en algún momento de las próximas semanas va a comenzar a tuitear sobre la economía y vamos a tener un cambio hacia las prioridades económicas centrales de la campaña”, dice Spencer. “Lo dijimos antes, no creemos que haya algo para que se de esa etiqueta de manipulador, solo me preocupa que encuentre la manera”.

Los analistas descartan sus guías de reglas de divisas de Estados Unidos, que se desplegaron por última vez durante la campaña presidencial cuando Trump prometió etiquetar a China como un manipulador desde su primer día en el cargo. Ese momento ya pasó, pero hace una semana Trump nuevamente dejó claro su sentir. “No sabemos nada sobre una devaluación; todos los países viven de la devaluación”, dijo. “Ves lo que hace China, observas lo que hizo Japón durante años, jugaron con el mercado de divisas, jugaron al mercado de la devaluación y nos sentamos como un puñado de tontos”.

Devaluar una moneda al venderla por dólares incrementa las reservas de divisas, no las agota. El mes pasado, las reservas de China cayeron por debajo de 3 billones de dólares por primera vez en siete años, un desplome de 25 por ciento desde su punto máximo en 2015. En ese tiempo, Pekín gastó alrededor de 664 mil millones de dólares (mdd) para desacelerar la pérdida de valor del yuan.

Hasta el momento, China ha dicho poco en respuesta a Trump, pero no se queda quieta. El mes pasado se produjeron dos acontecimientos clave que ampliaron los esfuerzos oficiales para frenar el ritmo de la caída del valor del yuan más allá de quemar sus reservas.

El primero fue el diseño de una tasa offshore firmemente más fuerte que los dólares disponibles en tierra, algo que no se vio durante tres años. Una tasa offshore más fuerte evita la señal de debilidad de la moneda que hasta hace poco sugería la tasa offshore más débil. En teoría, puede frenar la urgencia de enviar dinero al extranjero.

El segundo son las condiciones monetarias más estrictas. Cuando los mercados volvieron a abrir el viernes pasado después del receso del nuevo año lunar, el Banco Popular de China sorprendió a los operadores al elevar los cargos de préstamos para los fondos a corto plazo. Después de los incrementos que se dieron antes de los días festivos para los mecanismos de crédito con términos ligeramente más largos, las medidas se leen como una señal de que el Banco Popular de China actúa en serio para frenar el apalancamiento.

Sin embargo, el efecto colateral de elevar las tasas a corto plazo hace que sea menos atractivo trasladar los fondos al exterior. Los rendimientos de los bonos chinos ya seguían a los estadunidenses más altos en un camino paralelo inusual que limita el atractivo de cambiar a dólares.

Pocos analistas creen que los esfuerzos de China para contener su gasto de intervención frenará el deseo que tiene Trump de etiquetarla como un manipulador; sin embargo, gran parte de esos esfuerzos respaldan su objetivo de limitar la fortaleza del dólar. Tal vez la parte menos polémica de la etiqueta de manipulador es que de hecho China no cumple con los criterios actuales.

Bajo las directrices de 2015, un manipulador debe tener un superávit comercial con Estados Unidos superior a 20 mil millones de dólares, tener un superávit de cuenta corriente por encima de 3 por ciento del producto interno bruto y participar de manera persistente en intervención monetaria unilateral.

El superávit comercial de China con Estados Unidos es de 350 mil millones de dólares, por lo tanto encaja en la directriz. Pero su superávit de cuenta corriente cayó por debajo de ese nivel en junio del año pasado. Incluso, el Tesoro en su último informe reconoce que la intervención de China fue a favor de Estados Unidos. El próximo reporte debe publicarse en abril.

A la etiqueta le siguen las negociaciones, una apelación ante las autoridades internacionales, y potencialmente, medidas punitivas. Las supuestas infracciones de China pueden, por supuesto, estar envueltas en una guerra de divisas más grande que inicie EU en ese momento. Los comentarios de Trump señalan la preocupación que tiene sobre el yen, mientras que Peter Navarro, jefe del nuevo Consejo Nacional de Comercio de EU, afirmó que Alemania utiliza para su ventaja un euro “groseramente subvaluado”.

Sin embargo, para que la medida de Estados Unidos eventualmente se enmarque, China será clave. Mientras tanto, Spencer y el resto de Asia simplemente tendrán que seguir visitando Twitter.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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