Con la caída de la producción de trigo, para los meses de julio y agosto habrá un aumento de hasta un 30 por ciento más en el precio de la harina, pan y sopas, alertó Raúl Pérez Bedolla, secretario de la Alianza Campesina del Noroeste (Alcano).
Lo anterior significa que con la disminución de 500 mil toneladas de este grano básico, la cual se estimaba en un inicio que sería de más de 3 millones de toneladas, impactará en el costo de estos insumos de la canasta básica con daño al consumidor final.
El dirigente campesino explicó que el golpe a la producción maicera y triguera se vincula a los efectos climáticos e incluso políticos como ocurre con la crisis en Ucrania o la sequía en Sudáfrica.
Por lo que respecta a México, dijo, en diciembre de 2013 y enero de 2014, las zonas productoras de trigo como Sonora, prácticamente no registraron invierno de ahí la preocupación de los productores por la baja productividad que se presenta en las parcelas.
"Las producciones deberían estar por arriba de las seis toneladas por hectárea y tenemos una media de 4 ó 4.5 toneladas por hectárea", detalló.
Ante ello, pidió al secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, presentar el porcentaje de impacto que este panorama les representará a todos los agentes de la cadena productiva, poner una franja de flotación de los precios, y buscar acuerdos para cuidar a los consumidores o de lo contrario el especulador le va a subir a la máxima ganancia.
Pérez Bedolla señaló que los pequeños productores y el consumidor final serán los más afectados, mientras que el comercializador será el único beneficiado económicamente.
