El presidente chino Xi Jinping prometió hoy a líderes empresariales de Estados Unidos jugar limpio en inversiones y comercio y les recordó que años atrás apoyó instalar un parque de Disney en Shangai.
En el segundo día de su visita a Estados Unidos Xi habló ante empresarios de ambos países y aseguró que China seguirá creciendo y ofreciendo grandes oportunidades a los inversores estadounidenses. Empero, sentado entre el responsable de Ali Baba, Jack Ma y el de Boeing Dennis Muilenburg, Xi también pidió acoger empresas de su país en Estados Unidos.
Ante los máximos responsables de una treintena de empresas de los dos países, Xi destacó el principal mensaje de su viaje a Estados Unidos: los lazos comerciales entre las dos mayores potencias económicas del mundo son esenciales y que las empresas de Estados Unidos precisan de China y deben confiar en el avance de sus reformas.
Mientras hablaba, Boeing anunciaba un acuerdo con empresas chinas para venderles 300 aviones en unos 38 mil millones de dólares. Boeing anunció también que construirá una planta en China.
Entre los asistentes a la reunión con Xi, estaban, por el lado estadunidense, los responsables de General Motors, Amazon, Apple, Disney, Microsoft y Berkshire Hathaway. Del lado chino estaban los de Haier, Baidu y Cosco.
Todos participaron en un simposio sobre las relaciones bilaterales. Analizaron asuntos como las normas para las inversiones chinas, las excesivas y poco claras reglamentaciones y la protección de los derechos de propiedad intelectual.
Xi remarcó que el rápido desarrollo económico de China precisa inversiones extranjeras y dijo estar dispuesto a promover las reformas necesarias para derogar las normas que las perjudican. "En el largo plazo, los fundamentos de la economía china están bien", subrayó. Añadió que el actual enlentecimiento de su actividad económica es manejable.
Resaltó que el año pasado, China fue el mayor receptor mundial de inversiones extranjeras y que su creciente población necesita más bienes y servicios. "China se abrirá aún más al mundo exterior: sin reformas no habrá impulso, sin apertura no habrá progreso", dijo.
"Seguiremos construyendo un ambiente de negocios basado en el derecho; un ambiente abierto. Apoyaremos la protección de los derechos de propiedad intelectual", prometió.
Recordó la génesis del parque temático de Disney en Shangai a fines de la pasada década y recordó que muchos dirigentes de su país querían que el proyecto se basara en la cultura china. "Yo voté por el sí a Disney", recordó, "porque China necesita un mercado del entretenimiento basado en la diversidad cultural".
Xi dijo que en los próximos diez años, compañías chinas invertirán en el exterior 1.25 billones de dólares. Subrayó que eso debe importarle a Estados Unidos porque le significará cientos de miles de puestos de trabajos a sus habitantes.
Un centenar de firmas chinas invirtieron en la descalabrada economía de Detroit, apuntó, y luego abogó porque Washington reduzca las restricciones a las importaciones.
Las empresas chinas también esperan que Estados Unidos avance hacia una reducción de las restricciones a la exportación a China de artículos civiles de alta tecnología y que el terreno sea parejo para las inversiones chinas en Estados Unidos.
"Esperamos que la comunidad empresarial de Estados Unidos tenga un positivo papel para que eso sea realidad", dijo.
Xi acaparó hoy los titulares de la prensa local tras hacer referencias la pasada noche a la popular serie de Netflix "House of Cards", una serie que protagoniza Kevin Spacey, quien da vida a un despiadado y ambicioso político.
El líder chino aseguró que su campaña anticorrupción no esconde ningún motivo oculto y no persigue librarse de sus rivales. "No tiene nada que ver con una lucha de poder. En este caso no se trata de un House of Cards", afirmó.
Se refirió también a la película "Sleepless in Seattle", una comedia romántica que protagonizan Tom Hanks y Meg Ryan, y que, según afirmó hoy Xi, han hecho famosa a Seattle en China. El presidente chino es un gran aficionado a las películas de acción y entre sus filmes favoritos figuran "Saving Private Ryan".
Xi se refirió además la noche del martes, durante un discurso ante líderes empresariales en Seattle, al escritor Ernest Hemingway, a quien dijo admirar y citó también entre los literatos que ha leído y admira a Walt Whitman y Mark Twain.
Está previsto que el mandatario chino participe esta noche en una cena organizada por el fundador de la firma tecnológica Microsoft, Bill Gates, quien lo recibirá en su casa en Seattle. Xi emprenderá mañana rumbo a Washington, donde se reunirá con su par estadounidense, Barack Obama.
Obama tiene previsto exponer de forma franca a Xi las preocupaciones de Estados Unidos sobre el ciberespionaje y las tensiones en el mar de la China Meridional, según adelantó el lunes su principal asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice.
Xi aseguró en un artículo publicado este martes por el diario financiero The Wall Street Journal que el pirateo informático y el ciberespionaje son ilegales y que el Gobierno chino no respalda el robo de secretos comerciales ni anima a las empresas a que lo hagan.
El jueves, Obama y Xi sostendrán una cena privada en la Casa Blanca y al día siguiente, tras una reunión en el Despacho Oval y una conferencia de prensa conjunta, el presidente estadounidense agasajará a su invitado con una cena de Estado.
Tras dos días en la capital estadunidense, el presidente chino viajará a Nueva York para participar en una serie de actos conmemorativos del 70 aniversario de la creación de la ONU entre el 26 y el 28 de septiembre.
Xi está acompañado de su esposa, Peng Liyuan, y de una amplia comitiva formada por, entre otros, el consejero de Estado, Yang Jiechi, y miembros del Politburó y otros estamentos del Partido Comunista de China (PCCh).
Se trata de la primera visita de Estado de Xi desde que es presidente de China (2013), ya que ese año viajó a California para un encuentro con Obama, quien acudió en noviembre del año pasado al Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) celebrado en Pekín. El vicepresidente estadounidense, Joseph Biden, acudirá mañana a la base aérea de Andrews, a las afueras de Washington, a recibir a Xi y su esposa.