Es una victoria para el contratista informático Edward Snowden, quien en junio de 2013 reveló a través de la prensa la amplitud del espionaje de la poderosa agencia de inteligencia estadunidense NSA.
La revelación de Snowden de que los metadatos (horarios, duración, números de teléfonos) y llamadas se conservaban en gigantescas computadoras de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) causó el estupor y la indignación entre miles de estadunidenses, preocupados por esa intromisión en sus vidas privadas. En junio, el Congreso aprobó una ley que puso fin a la recolección de datos y creó un nuevo sistema que permite al organismo de inteligencia continuar accediendo, si fuera necesario, a los datos de las llamadas de los estadunidenses con un mayor control de la justicia. Es decir que la NSA puede, sin embargo, solicitarlos a las compañías telefónicas.
Para la NSA "no es el fin del mundo", dijo Stewart Baker, un abogado especializado en ciberseguridad y vigilancia electrónica, que batalló en la web contra Snowden y a favor de la NSA.
La agencia seguirá teniendo la posibilidad de acceder a los metadatos referidos a llamadas de sospechosos. Pero las investigaciones serán "menos eficaces" y "tomarán más tiempo", asegura. De hecho, son escasos los que hoy lamentan el fin de ese programa de espionaje, convertido en uno de los símbolos de los desmesurados poderes de la NSA, dado que ésta jamás logró convencer de su eficacia.
Tras los atentados del 13 de noviembre en París, el senador republicano Tom Cotton, apoyado por el precandidato presidencial republicano Marco Rubio, intentó sin éxito impugnar la ley aprobada en junio.
"Estamos orgullosos de haber cumplido un papel en la creación del nuevo sistema", destacaron en un comunicado cuatro senadores republicanos y demócratas, que participaron en la elaboración de la reforma, entre ellos el presidente republicano de la comisión de Justicia de la Cámara baja, Jim Sensenbrenner.
La reforma "mejora la protección de las libertades civiles y suministra a los organismos de seguridad nacional las herramientas específicas para proteger a Estados Unidos", subrayaron.
Para las organizaciones de defensa de los derechos civiles, la batalla contra la intromisión de los servicios en la vida privada de las personas no ha concluido.
"El trabajo está lejos de haberse terminado si realmente queremos estar seguros de que nuestros datos no se recolectan violando la Constitución", afirmó Neema Singh Guliani, de la Asociación de Defensa de las Libertades Civiles (ACLU).
Las organizaciones tendrán en la mira al otro gran y controvertido programa de la NSA denunciado por Snowden, Prism, que intercepta las comunicaciones de gigantes estadunidenses como Microsoft, Yahoo, Google y Facebook. El programa se basa en una ley que expira en 2017.
"Es uno de los principales soportes de la vigilancia masiva de las comunicaciones electrónicas", subraya la Electronic Frontier Foundation, una poderosa organización californiana de defensa de los derechos de los internautas.
Pese a que la eliminación de la recolección de metadatos es una forma de reconocimiento de lo pertinentes que fueron las alarmas lanzadas por Snowden, no parece que éste, refugiado en Rusia, vaya a recibir la clemencia de EU.
Tras los atentados de París, el director de la CIA, John Brennan, volvió a fustigar a quien también fueagente de ese organismo. "Es inconcebible que se convierta en héroes" a personas que "no honraron su juramento" de proteger a su país, dijo.