El presidente Donald Trump puso en duda la imparcialidad de Robert Mueller, el fiscal especial que investiga la presunta injerencia de Rusia en las elecciones estadunidenses y su campaña electoral.
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Durante una entrevista en el canal Fox, Trump fue cuestionado si Mueller, ex director del FBI durante el mandato de Geroge W. Bush, debería abandonar el caso.
El mandatario respondió: "Es un gran, gran amigo de (James) Comey", quien fue despedido como director del FBI el 9 de mayo, "lo que es muy molesto".
El presidente señaló que Mueller y Comey trabajaron juntos durante la administración Bush, como director del FBI y fiscal general adjunto, respectivamente, y que varias personas contratadas por el fiscal especial "son partidarias de (la ex candidata) Hillary Clinton".
La prensa estadunidense informó que varias de ellas hicieron donaciones a candidatos demócratas.
De todas formas, Trump aseguró que Mueller es un "hombre honorable", por lo que espera que alcance "una solución honorable".
Nombrado por el titular de Justicia del país, Mueller tiene más independencia que un fiscal normal o que el director del FBI para conducir su investigación.
Comey pudo alterar su historia
Trump dijo que es posible James Comey cambiara su versión de los hechos al pensar que había grabaciones de las conversaciones que sostuvieron.
"Cuando él (Comey) se enteró de que, ya sabes, podía haber cintas ahí fuera, sean cintas gubernamentales o cualquier otra, quién sabe, yo creo que su historia pudo haber cambiado",, aseguró.
"Mi historia no cambió. Mi historia fue siempre una historia sincera. Mi historia fue siempre la verdad", agregó Trump.
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El presidente zanjó este jueves un misterio que él mismo había creado al admitir que no tiene cintas ni grabó sus conversaciones privadas con Comey, sin descartar que existan esas grabaciones.
JASR